Esforzarte por cumplir el sueño de obtener un título profesional es un desafío bastante importante, ya que implica que tomes el toro por las astas y te hagas cargo tanto de tus gastos como de tus sueños. Sin embargo, es muy importante que analices todas las aristas e implicaciones que este proyecto reviste, ya que demandará de tu parte muchas exigencias y un máximo de esfuerzo.
Por eso, si estás pensando en estudiar y trabajar durante este 2018, te entregamos un listado de pros y contras, para que los analices bien a consciencia, te prepares adecuadamente y tomes las decisiones que mejor te acomoden:
Pros de combinar trabajo y estudios:
1. Puedes aplicar los conocimientos que adquieres
Si estudias una carrera dentro de tu área de desempeño, podrás ir aplicando tus conocimientos de manera práctica en tu quehacer diario. Esto te dará una mejor comprensión de las materias a estudiar, permitiéndote obtener mejores notas y un conocimiento aplicado que enriquecerá tu formación.
2. Creces personal y profesionalmente
Cuando eres tú quien se hace cargo de sus estudios, a punta de esfuerzo y sacrificio, tomas consciencia de la importancia de dar lo mejor de ti para apuntar al logro de tus objetivos. Esto te ayuda a crecer como persona -al comprender que sólo en tus manos está el futuro- y académicamente, al valorar lo que cada peso invertido cuesta, apuntando a sacar el mayor provecho de la experiencia.
3. Amplías tu red de contactos
Al iniciar estudios superiores -sea como primera o segunda carrera- conoces mucha gente que está en tu misma sintonía, comparte contigo idénticos intereses y cuenta a la vez con su propia agenda de contactos. Esto te ayudará a ampliar tus círculos infinitamente, aprovechando nuevas oportunidades laborales y de crecimiento.
Contras de estudiar y trabajar
1. El ritmo
Tu vida se transformará en un verdadero caos. Tendrás que hacer malabares para compatibilizar las exigencias académicas con la vida profesional y sus demandas. Esto te tendrá varias veces al borde de burnout, por lo que debes hacer gala de toda tu capacidad de organización para evitar el colapso. Hazte un horario de estudios y procura respetarlo durante el año. Así, cumplir con todas tus obligaciones se te hará más llevadero.
2. Sacrificas tiempo personal
¡Ojalá el día tuviera más de 24 horas! Así podrías brindar la debida dedicación a tu nuevo proyecto, cumplir con tus obligaciones laborales con altos niveles de exigencia y no descuidar a tus afectos. Son muchas las relaciones sentimentales que se quiebran producto de la ajetreada rutina de quien trabaja y estudia, por lo que éste es un factor que debes considerar a la hora de asumir el riesgo, tomando todas las providencias para que a ti no te ocurra.
3. Querrás tirar la toalla muchas veces
La ajetreada rutina y el costo personal del desafío de compatibilizar tus actividades hará que muchas veces sientas sinceros deseos de tirar la toalla y reordenar tu vida. Esto es algo que debes tener muy presente, para que cuando te ocurra no te asustes y sepas sobrellevarlo. Puedes recurrir a la ayuda de un terapeuta, que te enseñará cómo respirar hondo y tomar decisiones racionales. Lo peor que puedes hacer es ser visceral y tirar todo por la borda a la primera contrariedad.
Como ves, mezclar trabajo y estudios es un desafío complejo, pero hermoso y te reportará grandes satisfacciones si lo llevas a término. Tendrás el valor añadido de una experiencia laboral más nutrida, lo que le dará un sello distintivo a tus servicios. Eso, sin contar el amplio sentido de la responsabilidad y el deber que adquirirás como persona.
¡Suerte y dale con todo!