Llegar al momento de la práctica profesional nos produce sentimientos encontrados: significa que estamos a un paso de terminar nuestra carrera -¡por fin!- pero también que tendremos más responsabilidades, y eso nos provoca cierta ansiedad. Acá te contaré de cinco consejos que te ayudarán a hacer que la elección de tu práctica sea menos traumática.
1) Cuándo hacerla: Este punto es clave. Hay algunas universidades que permiten hacer la práctica antes de finalizar el último año de estudios -básicamente en tus penúltimas vacaciones- lo cual puede ser una buena opción si quieres ganar unas lucas extras, pero ojo, también puede ser perjudicial. Las prácticas profesionales son una buena opción de ingresar a un trabajo de forma permanente y si al año siguiente de realizarla debes volver a tus estudios, difícilmente podrás continuar en esa empresa.
2) Prestigio: Cuando estás recién egresado, comienzas a buscar trabajo y tu currículum no tiene nada más que tu titulo profesional y tus estudios básicos y medios, la práctica profesional cuenta, y mucho. Esta elección permite mostrarle a tu empleador cuáles son tus intereses y eso es algo que será considerado por las empresas. No es que tengas que armar un camino perfecto y sin errores en tu vida profesional, pero recuerda que cada decisión que tomes en este aspecto suma, por lo que sea cual sea tu elección considera alguna empresa o institución con prestigio. Eso te asegurará calidad en tu práctica y sumará puntos a tu currículum.
3) Cercanía: Cuando egresas de tu carrera y logras mantener una visión idealista acerca de los cambios que podrías hacer con ella en una empresa o en la vida de otras personas, normalmente estás dispuesto a hacer de todo y a empezar desde abajo para comenzar a crecer. Incluso estás dispuesto a ir muy lejos, pero sé realista. Si tienes horarios complicados o si posees otras responsabilidades como otro trabajo o ayudar en tu casa, considera alguna práctica que esté ubicada a un tiempo accequible desde tu hogar, así podrás cumplir rigurosamente con los horarios que se te exijan.
4) Requisitos: Muchas facultades exigen más de una práctica, una cierta cantidad de horas o un cierto de tipo de servicios desempeñados en una empresa o institución para considerar una práctica profesional. A veces hasta el contar con un tutor o evaluador específico puede resultar indispensable al momento de realizar un informe final de práctica. Averigua bien cuáles son esos requisitos y consulta en tu entrevista si tu empleador puede cumplirlos. De otra forma, es probable que no puedas realizar tu práctica en dicho lugar o que simplemente esta no sea válido para tu universidad.
5) Interés: Además de todos los requisitos anteriores, uno de los más importantes es que el lugar que elijas sea de tu completo interés. Puede ser que una carrera no te haya convencido 100% al momento de elegirla, o que no todos los ramos te parecieran entretenidos o necesarios pero es aquí, en el ámbito laboral, donde podrás elegir en qué especializarte. No hablamos de continuar estudiando necesariamente, sino de la especialidad que irás adquiriendo o el área en la que buscarás desempeñarte en el futuro, y es que muchas veces las universidades nos enseñan muchos más conocimientos de los que aplicaremos en la práctica.
Nuestra práctica será el comienzo de este nuevo mundo lleno de responsabilidades y sin vacaciones largas, así que será mejor que nos guste.