La mayoría de las carreras tienen una duración formal de 5 años, sin embargo, otras requieren 6, 7 o más años para lograr obtener el título. Durante todo ese tiempo, pasas miles de experiencias que te diferencian de los estudiantes de carreras normales. Estas son algunas de ellas.
1. En primer año, sufres con los planes comunes.
2. Durante ese tiempo, sientes que te están pasando solo materia de PSU y eso te frustra un poco.
3. Aunque estás emocionado por empezar a estudiar, y estás feliz por todo lo aprenderás en los largos años de estudio que te esperan.
4. En segundo, ya ansias empezar a introducirte en materia de la carrera en sí. Miras la malla y te das cuenta de que esto ocurrirá recién en tercero.
5. Cuando llegas a eso, eres feliz. ¡No más introducciones ni planes comunes!
6. Aun así, te agotan los horarios largos que tiene tu carrera.
7. Temes con tu vida echarte un ramo, eso significaría retrasar aún más el momento de tu titulación.
8. A ratos te arrepientes y dudas con cambiarte de carrera o estudiar algo más corto. Piensas estudiar un técnico en un IP o un CFT para salir pronto y empezar a trabajar.
9. Sin embargo lo piensas dos veces, y no podrías porque amas tu carrera.
10. Ya en cuarto, te das cuenta de que vas a la mitad, por lo que debes seguir hasta el final. Piensas que sí, sobrevivirás.
11. En quinto, te metes a Facebook y ves a todos tus compañeros de liceo titulándose y saliendo de la U… a ti te quedan algunos años, pero (sarcasmo) claro que te alegras por ellos.
12. Llega un punto en sexto, en que ya ni tienes que esforzarte estudiando. Has dominado la habilidad de aprender sin tener que desgastarte.
13. En séptimo, miras a tus compañeros mechones, llenos de ilusiones y esperanzas, y recuerdas cuando eras un lolo, con muchas ganas de carretear y de aprender.
14. Aunque esas ganas de carretear, sinceramente, persisten.
15. Finalmente llega el momento de tu titulación. Estás feliz, pero tu parte nostálgica desearía volver a primer año.