Al igual que en la vida, las relaciones de pareja pasan por altos y bajos (algunos momentos que son dignos de atesorar, pero otros que quisiéramos borrar para siempre). Es por eso que cuando una relación está pasando por una crisis, los que conforman la pareja tienen distintas formas de canalizar el dolor, la rabia y la frustración de un deterioro amoroso. Por lo anterior, algunas personas encuentran en la infidelidad una forma de canalizar todo lo malo, que está relacionado con el problema a nivel de pareja. Sin embargo, toda acción tiene consecuencias y es por eso que el ser infiel no es una excepción a la regla, ya que el sólo hecho de sentirse culpable es un peso con el cual deberá cargar la persona que eligió mandarse una "canita al aire". A continuación encontrarás 15 pensamientos que tienes cuando (sin querer queriendo) engañaste a tu pareja.
1. Después de que ya cruzaste la línea, vuelves a la tierra y piensas en cómo llegaste tan lejos
2. Y te pasas el rollo de si tu pareja estará sospechando algo
3. La culpa invade tu cuerpo y tu mente, al igual que lo hacen las hormigas frente a la comida dulce
4. Comienzas a ingeniar una chiva creíble, para tener una coartada frente a ese tema
5. Te preguntas si serás mala persona por haber engañado a tu pololis
6. O si tu pololix te habrá engañado sin que tú estés enterad@
7. Piensas en las distintas formas de tortura que recibirías, si es que tu pareja se llegara a enterar
8. Después te preguntas si valió la pena o no
9. Si las cosas están bien con tu pareja, piensas que tal vez fue una estupidez y te comportaste como idiota
10. Pero si las cosas están más o menos, piensas que es lo que se merecía
11. Luego, te cuestionas si volverías a repetir el engaño o no
12. Piensas en cómo se le rompería el corazón a tu polol@ si se enterara de que le jugaste chueco
13. O te pones en el caso contrario y te preguntas cómo sería si los papeles estuvieran invertidos y tú fueras en que usa sombrero de cuernos
14. Te imaginas mentalmente cómo será tu actuación para tratar de tapar el condorazo
15. Y por si acaso, ensayas en tu interior tu cara para pedir perdón