¿Cuántas clases o juntas con amigos se han perdido por tomarse una siestecita? Es que esas horas de ventanas universitarias que parecen interminables, suelen ser la excusa perfecta para regresar a casa y abrazar la almohada aunque sea por un rato. De hecho, en algunos casos, algunos prefieren saltarse la hora de almuerzo y aprovechar de dormir plácidamente, para recuperar energías y así terminar de mejor forma la extensa jornada que tenemos a diario.
Y aunque tus amigos te traten de flojo por preferir una siesta antes que pasar tiempo con ellos, no debes preocuparte porque la ciencia -esta vez- está de tu lado. De acuerdo a un estudio publicado en la revista "Neurobiology of Learning and Memory", la capacidad memorística de las personas mejora luego de tomar siestas. Sara Studte, investigadora especialista, estudió los beneficios de las siestas, en la memoria asociativa del hipocampo y aseguró que éste es muy alto.
Esto se comprobó con 41 estudiantes, a quienes se les mencionaron 90 palabras solas y 120 pares, sin relación entre sí. Después, un grupo de ellos durmió una siesta y el otro sólo espero a que los demás despertaran, para luego ser testearlos a todos.
¿Los resultados? Aquellos estudiantes que habían dormido la siesta, tuvieron mejores índices de memoria y recordaron especialmente los pares de palabras (lo que tiene relación con la memoria asociativa), mientras que los que no durmieron, tuvieron un desempeño menor al de sus compañeros.
Pero, dejando de lado el mencionado estudio, ustedes mismos pueden comprobar los beneficios de dormir unos cuántos minutos entre sus actividades diarias. Verán que despertarán felices, motivados, con ganas de hacer las cosas y recordando con claridad todos sus deberes.
Fuente: 24 Horas
Imagen CC Timothy Krause