Pese a que ya se acabó el año académico, muchos aún están preparando sus exámenes de grado, haciendo tesis o intentando salvar como sea el ramo. Entonces, frente a este escenario, surge el debate de dónde es mejor estudiar.
Crearse un hábito de estudio es primordial para lograr un buen rendimiento, para ello es necesario ser metódico, cosa que estudiando en la casa muy pocas veces se logra. Una buena alternativa, es ponerse de acuerdo con algún amigo para ir a estudiar a la biblioteca, ya que el hecho de ir acompañado te obliga a no faltar al compromiso.
Si estudias en la casa, hay muchos elementos distractores que podrían afectar tu rendimiento, además de que siempre está la tentación de tomar descansos más largos, que exceden lo recomendable.
Estando en tu casa, estarán tus familiares haciendo diferentes ruidos que podrían atentar en contra de tu concentración, por ejemplo una madre pasando la aspiradora, el hermano chico corriendo de un lado a otro, el teléfono que no para de sonar, el timbre que anuncia visitas inesperadas, en fin, es mejor salir de esos terrenos poco aptos para el estudio.
Durante la temporada más calurosa, como la actual, las bibliotecas tienen aire acondicionado, por lo que no sufrirás por las altas temperaturas y el calor no te desconcentrará. En invierno es lo mismo, pero ahí será el frío lo que no te hará perder la atención.
La tranquilidad de las bibliotecas hacen mucho más ameno el ambiente para estudiar.
Imagen CC Biblioteca de la Universidad