Sabemos que debemos trabajar para poder conseguir nuestros objetivos y poder costear nuestras vidas. Sin embargo, un adicto al trabajo, también conocido como "trabajólico" o "workaholic" (en inglés), sobrepasa los límites de una manera inconsciente, y el trabajo le comienza a consumir su mente, su tiempo de ocio e incluso lo separa de sus amistades y familiares.
Si ya te sentiste identificado, lee los siguientes indicadores para saber si eres- o te estás convirtiendo- en un adicto al trabajo.
-Tienes un miedo excesivo al fracaso que te hace trabajar duro y sin descanso.
-Sigues trabajando incluso cuando tus compañeros ya han terminado.
-Haces más de dos o tres cosas a la vez (miras el correo, hablas por teléfono y ordenas tu mesa al mismo tiempo).
-Sientes dificultad para establecer relaciones personales y cada vez te aíslas más en tu propia realidad laboral.
-Te cuesta relajarte y te sientes culpable si no tienes el teléfono en la mano o planeas la próxima reunión.
-Dedicas más tiempo al trabajo que a estar con tus amigos y familia. Además, has dejado a un lado esas actividades como bailar o pintar que tanto te gustaban.
-No te sientes satisfecho cuando estás fuera del trabajo y notas una pérdida progresiva del sentido del humor.
Fuente: Cosmohispano.com