Los estudiantes eran el foco de muchos analistas, reportajes, políticos y oportunistas. Lo que estaba pasando a nivel social no era menor y se acercaba el plazo para proponer los temas de la tesis. Mi tema fueron las redes sociales y su injerencia a la hora de convocar una movilización social.
A la comitiva del terror le gustó el tema, pero presentaba una dificultad que no era menor: conseguir a los líderes estudiantiles. Me dijeron que necesitaba, como mínimo, entrevistas con dos de ellos. Ballesteros, Jackson, Boric y Vallejo. Tenía que conseguirlos, porque dado el tema de mi tesis pasaban a formar parte importante de mi investigación.
Así empecé con la búsqueda. Mi primer intento lo hice con la sita Camila Vallejo, partí con ella por motivos carnales –confieso– mas no conseguí nada. Lo mismo pasó con Gabriel Boric, los dos estaban en un nivel de caudillismo que atraía a prensa internacional y estaban “atendiendo a tesistas”, me dijo la periodista que les agendaba las entrevistas a ambos.
Rayos y centellas. Me quedaban dos opciones y sí o sí tenía que conseguirlos. Camilo Ballesteros fue el más sencillo, mi profe guía me dijo que él se movía según calentara el sol, así es que cualquier entrevista sería buena para él. Al parecer tenía razón, accedió de inmediato.
Giorgio Jackson fue una real travesía, él es buena onda, inteligente, dispuesto, pero estaba en la misma situación que yo: haciendo su tesis y encabezando movilizaciones, por cierto. Me aplazó por dos semanas, me cambió el lugar de la entrevista dos veces en un mismo día, hasta que finalmente apareció pidiendo mil disculpas y con tan buena disposición que casi me emocionó.
No fue fácil. Terminé agotado pero feliz del resultado que tenía en mis manos. El día de la defensa llegué confiado, pero era el último en defender. A medida que iban saliendo algunos compañeros con cara de me acabo de hacer en los pantalones, la seguridad se me iba yendo bien, pero bien lejos.
Mi turno. Mi defensa. Pensé que no lo iba a lograr, pero salí bien parado. Mi profe guía me hizo un elogio que nunca voy a olvidar. No obtuve la calificación que esperaba, pero me sentía orgulloso de todo mi trabajo y de las dos lacrimógenas que tuve que aguantar en búsqueda de mis entrevistados.
Imagen CC vía Wolftone