Hace unos días, les contábamos sobre las consecuencias negativas que pueden traer los espacios abiertos en las oficinas. Sin embargo, el coworking -como se le denomina a este diseño estructural- también tiene sus cosas buenas. No por nada se ha estado expandiendo en Estados Unidos, Europa y en Chile, donde ya ha ganado varios seguidores.
Este estilo, que nació en Silicon Valley, llegó con fuerza a nuestra capital. Tanto así, que en el año 2011 eran sólo dos oficinas las que tenían este modelo "colaborativo" (el Club El Origen y el Centro Movistar Innova) y ahora, existen más de 10.
Este crecimiento, podría explicarse por la cantidad de nuevos emprendimientos que han nacido, los que serían alrededor de 200 mil, según las cifras de la Asociación de Emprendedores de Chile (Asech).
Aunque Sebastián O’Ryan, gerente general de Co-Work, tiene además otra explicación. "Esa expansión se explica, porque la gente que trabaja en espacios compartidos y colaborativos se ve beneficiada, por la aceleración que tiene su idea o empresa. Muchos se han dado cuenta de que, al estar en oficinas cerradas, pierden oportunidades", comenta.
La idea del trabajo en equipo, acompañado de café gratis y salas lúdicas, es que las ideas florezcan entre todos los trabajadores y así, buscar también nuevas inversiones. Se trata de un nuevo modelo desarrollado por emprendedores, que ahora se está convirtiendo en una verdadera promesa de éxito.
Si eres un emprendedor y buscas darle un aire fresco a tu proyecto, ten presente que lo que no puede faltar en un cowork es: una buena y cómoda sala de reuniones, zona de juegos y relajación, que se pueda recibir la correspondencia en el mismo lugar donde se trabaje, bodegas y casilleros ¡Y no te olvides del café gratis!
Fuente: La Tercera
Foto CC vía Wikimedia