Sí, en algún momento de nuestra vida laboral nos estancamos en un trabajo, que no puede ser nuestro empleo favorito, pero que es una gran escuela. Nos quedamos allí tanto tiempo que el algún momento llegamos a olvidar las señales que nos indican que es hora de emprender el vuelo.
Hoy las cosas son diferentes. Los profesionales están más dispuestos a dejar un empleo en cualquier momento. Trabajar pocos meses ya no es señal de poco compromiso con la empresa, sino un gran amor por nuestra carrera. Los empleados están más dispuestos a abandonar el barco cuando tienen una buena razón.
Aquí hay tres muy buenas razones para dejar tu trabajo de inmediato, si es que aún no reconoces cuando debes hacerlo:
La primera razón: tu empresa o tu jefe no te ayudan a cumplir con las misiones personales
Constantemente debes preguntarte si tu compañía comparte las metas y los valores de tu vida ¿Has comenzado a hacer pocas cosas en la vida desde que estás en ese trabajo?¿Nunca obtuviste el ascenso de puesto que esperabas? No hay respuestas correctas o incorrectas a esta pregunta, sin embargo, las cosas que te digas a partir de esto te darán una idea de la decisión que debes tomar
La segunda razón: no te imaginas en la empresa en un año más
Un año es lo suficiente para saber en qué trabajo te quieres desenvolver. Intenta mirar hacia adelante y piensa en qué empresa y puesto de trabajo quieres estar en 12 meses más. Además, trata de predecir qué trabajo vas a hacer, quién será tu jefe y bajo qué modelo te desempeñarás. Si ese escenario no te motiva para nada, entonces comienza a armar las maletas.
No tiene mucho sentido quedarse en una empresa en la que no te ves a futuro. Prácticamente estarás desperdiciando un año de tu vida en vano, porque ya has aprendido todo lo que sabes y tú tienes en claro que ya nada más puedes sacar de ese lugar.
Por último ¿Quieres ir a trabajar cada mañana?
Es tan simple que que llega a ser evidente, pero el hecho de que una gran cantidad de gente no enfrente esto, sugiere que hay que recordarle esta pregunta a las personas.
Esto no es una cuestión que debes pensar exageradamente, pero ¿La perspectiva de ir cada día al empleo te excita o te llena de miedo? ¿Sientes el trabajo interesante y significativo o sólo estás haciendo las labores para recibir una paga a fin de mes? ¿Sigues aprendiendo y creciendo?
Claro, en un principio te gustaba la empresa, pero la forma de trabajar puede ir cambiando (al igual que la gente) y eso te llevará a cambiar tu manera de ver la compañía ahora, hasta el punto de desear desde el lunes que ya sea fin de semana.
Si te pasan estas cosas: Abre la puerta de la empresa y cierra por fuera, tu vida te lo agradecerá.
Imagen CC vía Tom Harle