Cuando decides dedicarte al periodismo muchos piensan en ver su nombre reflejado en un diario, en el noticiero de un canal de TV, o llevar las comunicaciones de una gran empresa. Otros, nos decidimos por el camino menos tradicional de trabajar a destajo, o freelance, que trae tantas satisfacciones como caídas en el camino. Y si el tomar una tarea por aquí y por allá puede ser lo normal en el gremio, a veces nos enfrentamos con la realidad de tomar no uno, sino dos trabajos al mismo tiempo.
Y no creo que esto le pase sólo a los periodistas, estoy segura que hay varias honrosas profesiones donde por razones económicas, de crecimiento o lo que sea, se tenga que tomar la opción de cumplir doble horario para llegar a final de mes. Aquí les cuento un poco de mi experiencia y les doy los datos que lograron que transitara esa autopista sin matarme a ni, ni herir a nadie.
Como les dije, es normal que muchas veces trabajemos en varios proyectos al mismo tiempo, eso pasa también cuando estás en una oficina. Pero cuando tienes que cumplir con dos trabajos, dos jefes, dos sistemas de organización, compañeros y demás, las normas cambian.
En varias ocasiones realicé esa tarea, y lo que sí puedo decir es que mientras más vieja estoy, más me ha costado. Ahí les va el dato número uno: tienen que tener energía para hacerlo. No sé si esa energía la logran siendo jóvenes, o tomando mucho café. Pero un espíritu muy calmado no te ayudará a cumplir un doble horario.
Uno de los factores más importantes es cuadrar justamente eso, los horarios. Ser realistas y previsivos. La verdad es que no puedes tomar un trabajo en Vitacura y otro en Maipú y pensar que vas a tardar sólo 20 minutos de una pega a otra. Ni porque el Metro de Santiago volase a la velocidad de la luz. Tienes que contar que hasta el sistema más eficiente, puede fallar. Y así tengas tu vehículo, piensa en tráfico, en gente que no le interesa que tú vayas tarde, en normas de convivencia en la autopista. Si es de tomar dos trabajos, calcula que tengas una distancia prudente para dirigirte a cada uno de ellos, y el tiempo real para hacerlo.
El otro factor a tomar en cuenta es la organización. Si, sé que suena a madre retando a niño pequeño para que arregle el cuarto. Pero si no eres organizado, te va a costar poder hacer dos pegas y rendir en cada una de ellas. Lo mejor que puedes hacer es llevar dos agendas o cuadernos donde anotes todo lo que refiere a cada una de tus pegas. Y claro, tenerlas bien separaditas (no vaya a ser que escribas en una lo que corresponde a la otra). Y así te sientas como alumno en el colegio, el llevar tus tareas anotadas, te dará una visión real de lo que estás haciendo.
Una cosa que me sirvió a mí durante mi época de "doble tanda" fue ser siempre sincera con mi jefe o superior. A ninguno le ocultaba que estaba trabajando en otro sitio. Primero, nunca lo hice en dos pegas que fuesen archienemigas (digamos, dos estudios de investigación de mercado del mismo producto). Si bien las dos eran de escritura, una no tenía nada que ver con la otra. Como eran medias jornadas, podían entender que yo hiciese con mi tiempo otra cosa, y manteniendo la fiesta clara, con los puntos sobre las "íes" no pasé esos momentos incómodos donde te preguntan dónde estuviste en la mañana (y quizás me salve de algunas miradas malvadas cuando no llegaba justo a la hora)
Con tus compañeros de pega tendrás una relación buena, pero quizás no plena. ¿Por qué digo esto? Porque en los trabajos acostumbramos a hacer grupos y la amistad se extiende más allá el horario de oficina. Pero si tú tienes dos pegas, tu trabajo es salir de una para entrar en otra, y luego a descansar. Y créeme, vas a necesitar cada segundo de descanso para enfrentarte a la jornada siguiente.
Por último, tienes que tener en claro que vas a tener que sacrificar cosas. Tu tiempo en el trabajo va a ser para que te dediques 100% a eso. Olvídate de perder tiempo, de revisar Facebook ni del café a mitad de mañana (o tarde). Estas ahí para cumplir objetivos y si quieres que funcione, es mejor que lo hagas.
Mi opinión sobre tener o no tener dos pegas es muy particular: a mí me ayudó a volverme más organizada, más cumplida y a sacarle mayor provecho al tiempo. Si tienes los objetivos claros, y la energía (o cafeína) para hacerlo, puedes lograrlo tú también.
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