Últimamente, la tendencia a perfeccionar nuestros estudios ha ido en alza. Recuerdo perfecto hace algunos años el boom de las “Becas Chile” y, con ellas, la posibilidad de estudiar un magíster o doctorado que viniera a engrosar nuestros conocimientos y nuestros currículums.
Y es que ahora sólo tener el primer título no es tan importante. Nuestra realidad es que en las familias ya está implantado el chip de que los que salen del colegio DEBEN ir a la universidad o a un Instituto, por lo que tan ajeno no es tener el cartoncito. Lo importante es lo que pasa después: o te pones sólo a trabajar o comienzas a buscar nuevas áreas para perfeccionarte.
Pero como en todo negocio (sí, en nuestro país la educación va más por esa línea), la ley de la oferta y la demanda nos juega en contra. Mientras más cantidad de profesionales buscan obtener un segundo título o un postgrado, menos son los puestos de trabajos que se arriesgan a contratar a estos chicos “sobrecalificados”.
Por supuesto, no podemos generalizar, pero está resultando común que cada día cueste encontrar trabajos que estén dispuestos a pagar lo que vale un profesional bien preparado. Ya sea porque no quieren pagar sueldos “como la gente”, o por sentir que si tienes un currículum tan bueno, no permanecerás mucho tiempo en el lugar porque siempre estarás en búsqueda de algo mejor, o por miedo a que puedas ascender de puesto fácilmente... En fin.
Incluso te puede pasar que si te fue muy mal buscando trabajo en lo que estudiaste y decides probar suerte en otro rubro, se fijen en tu currículum y sientan que no les sirves porque puedes aspirar a un trabajo mucho mejor, o sea, estás sobrecalificado de nuevo.
Lo que recomiendan en estos casos es ir muy seguros a las entrevistas de trabajo y demostrar que realmente quieres ese puesto, que es lo necesitas ahora y que tus conocimientos y experiencia serán un aporte para ese lugar. En definitiva, demostrar que estar sobrecalificado no es un problema, sino algo positivo para todos.
Por otra parte, antes de ponerte a tomar cuanto curso de perfeccionamiento, postgrado o seminario aparezca, es mejor que pienses cuál es tu norte y qué ruta tomarás para llegar a ello. Si tu perfil como profesional lo requiere, estudia todo lo que necesites, pero siempre es bueno averiguar cuál es el campo laboral existente, qué alternativas tendrás posteriores a terminar tu postgrado, de qué manera puedes ejercer eso que tanto te gusta. Nunca está demás tantear el terreno antes de largarse a caminar.