Claro está que escoger una carrera para estudiar no es algo sencillo, mal que mal estamos eligiendo algo que pretendemos hacer toda nuestra vida. Pero si hablamos de vocación, no me cabe duda que unos de los más jugados son los estudiantes de veterinaria. El amor por los animales no es algo que se cultiva de un día para otro, es un asunto que te acompaña durante mucho tiempo.
Pero también puede pasar que cuando entras a estudiar te des cuenta que tu amor por los animales no iba por el lado de la medicina, lo que no está nada mal, simplemente podemos relacionarnos con ellos de otra forma. No todos estamos dispuesto a hacerle un tacto a una vaca, o tener un montón de materias teóricas para aprendernos miles de especies diferentes.
Para que te asegures, acá te dejamos 10 mitos sobre estudiar medicina veterinaria, a ver si vamos afinando la vocación o el gusto por esta carrera:
1. No sólo de amor por los animales vive el hombre: A pesar de lo mucho que puedas querer a los animales, estudiar medicina veterinaria te pone a prueba en muchos sentidos, ya que es la vida de un animal la que está en juego. Por eso, estudiar esta carrera va más allá de que te guste o no tener una mascota, es pura vocación.
2. Los estudiantes pueden llevar los animales para las clases de anatomía: A más de alguno le habrán lanzado el chiste de que tienes que llevar tu propio animal muerto para analizar en la clase de anatomía. Bueno, tan alejado de la realidad no estamos. Isabel Rojas, veterinaria de la Universidad de Chile y creadora de “Amigales”, nos contó que más de una vez tuvieron que salir a buscar un perrito muerto a la calle para poder efectuar la clase de “anato”.
3. En el mechoneo ponen a prueba tu amor por los animales: Si tanto te gustan los animales, veremos si te aguantas las cosas que experimentarás en el mechoneo, que provienen “directamente” de los animales que luego podrás curar.
4. Los estudiantes de veterinaria son puros hippies: Amar a los animales no es sinónimos de pura paz, buena onda y relajo. Si creías que los “veteros” son todos hippies es mejor que te des vuelta por alguna Facultad que de esa carrera y te fijes. Entre laboratorios, anatomía, fisiología, microbiología, etc., es probable que se te pinche el espíritu súper ecológico.
5. Un animal bien refrigerado sirve todo el semestre: Milisenth Jara estudió un año de veterinaria y se encontró con que un novillo podía servir todo un semestre para trabajar en anatomía. Eso sí, dos puntos a tener en cuenta son la importancia de la refrigeración y el antimicótico.
6. Es probable contagiarse de algunas enfermedades de los animales que atienden: Así es, sobre todo cuando atienden a un perrito con tiña o sarna. Son los “gajes del oficio”.
7. Si superas un tacto rectal, lo superas todo: Más aún si hacer un tacto rectal a una vaca y, entre tanta emoción, se caga. Tal cual, cosas de la naturaleza animal que más de algún estudiante de medicina veterinaria ha tenido que superar, así nos contó María Paula Zárate, veterinaria de la Universidad de Concepción.
8. Si estudias veterinaria te tienes que hacer cargo de todas las mascotas de la casa: Chiste fome pero cierto, la mamá te deja la responsabilidad debido a tu vocación.
9. Ser veterinario no me convierte en el encantador de perros: Es cierto que muchos están encantados con las técnicas de César Millán, pero eso no se enseña en la Universidad. El título no viene con una mención de “encantador de perros”, créannos.
10. No, amigo, no atenderé a tu mascota gratis siempre: Ojo con abusar de nuestro amigo veterinario. Es su trabajo y hay que respetarlo, no puede atender gratis a cuanto perrito, gatito o hámster se le cruce. Obvio que con la buena onda nos puede ayudar a resolver una emergencia, pero ¡no nos pasemos de la raya!
Bonus Track: Después de estudiar tanto animal, no será raro que festejen el final de semestre en la clase de “anato” haciendo una “convivencia” junto a las partes que te tocó analizar. Cero asco, puro amor y vocación.
Y tú ¿eres pura vocación? ¿Conoces algún otro mito de estudiar medicina veterinaria?
Foto CC vía Flickr.