“Qué es mino el profe de Economía”, “la profe de Teoría está entera rica”. Más de alguna vez durante nuestra vida estudiantil habremos escuchado alguna frase similar. Compañeros, amigos, hasta nosotros mismos, han alguna vez caído rendidos ante los encantos de un profesor jovial y divertido o de una profesora simpática y atractiva, que más de una vez nos ha robado la atención de la pizarra. Sin embargo, existe una línea muy fina entre un simple “está como quiere” a un “no puedo sacármelo(a) de la cabeza”. Y es este último punto donde caemos en la “student-zone” y empieza lo complicado, puesto que no podemos usar la misma estrategia que tendríamos con alguien de nuestra generación. Además, los profesores ya son adultos y tienen otra manera de ver la vida. A no ser que fuera un profesor muy loquillo, no te lo vas a encontrar en una peña susceptible por el efecto del alcohol. Y menos si es una mujer. Entonces, ¿qué hacer cuando te has enamorado de un profesor o profesora? Tranquilo(a), no es el fin del mundo. Aquí encontrarás una serie de consejos para traspasar la línea de la sala de clases. 1- Destácate entre los demás: Hay dos maneras de que los profesores recuerden tu nombre (o por último tu cara). La primera es ser un alumno destacado, la segunda es el peor de la promoción. Y si quieres llamar la atención de tu profesor soñado, dudo mucho que la segunda te pueda servir. 2- Pregunta (y mucho): Un alumno preguntón es un alumno interesado, dicen por ahí. Prepárate para la cada clase de tu el/la amor de tu vida diez/quince años mayor que tú, para tener un arsenal de preguntas que, aparte de ayudarte con la asignatura, te darán hermosos y valiosos minutos de conversación (e intercambio de miradas). Te recomiendo esto después de clases, porque puede dar pie a más conversaciones camino a la salida, quizás ya no tan enfocada a la materia estudiada. 3- Participa: Esta aplica si el ramo es práctico. No hay nada que llame más la atención para un profesor que un alumno participativo. Si estudias algo donde hay que meter las manos, ofrécete como voluntario. 4- Aprovecha cualquier situación: Incluso cuando hay sitting y no se puede ingresar a la universidad puede ser una buena opción de charla. Imagínate que aquella persona mayor que te mueve el piso está junto con ustedes esperando a ver qué sucede. En esos momentos puede fluir conversaciones más ligadas a otros ámbitos de su vida y así conocerlo(a) fuera del aula. 5- Hace pasantías con él/ella: No sé en las otras carreras, pero en las de salud nosotros podemos pedirle a los profes si podemos acompañarlos al trabajo. Imagínate estar toda una mañana o tarde trabajando con él/ella. Además de aprender mucho más de tu carrera, estar en otro ambiente pueden fluir más cosas. 6- Conviértete en su ayudante: Es el consejo más difícil de seguir, pero no imposible. Los ayudantes son la mano derecha de los profes, los ayudan a revisar las pruebas, ayudan a los nuevos estudiantes, e incluso pueden reemplazarlos para una clase. Ser ayudante te permite ganarte su confianza y pasar más momentos juntos. Si piensas que salir de la “friend-zone” es difícil; salir de la “student-zone” es como ir a una marcha y arrancar de los “señores de verde” pero con las piernas acalambradas o heridas por un perdigón. Sin embargo, no todo está perdido. Si sigues algunos de estos consejos y te das cuenta que hay “una conexión especial”, anda cambiando la estrategia como, por ejemplo, a un suave coqueteo y sigue “tanteando el terreno” despacito. Después de todo: en el amor y la guerra, todo vale. Y tú, ¿estás en la student-zone? Colaboración enviada por Ariel Muñoz Imagen licenciada con Creative Commons de DevianArt de Sabrina Salvatore
Salir de la student-zone, ¿es posible?
Publicado
por
comunidad cookcina