Una cosa que llegas ha aprender con los años de experiencia es que existen muchas formas distintas para entender qué significa "hacer bien el trabajo". Conversaciones sobre quién trabaja más duro, quién lo hace lento pero seguro y quien simplemente pareciese que no trabaja, no hacen más que generar problemas.
¿Cuál es realmente la mejor forma de trabajar? A medida que uno va pasando por diferentes trabajos se da cuenta que no el que trabajar más rápido es el mejor, ni el que se demora mucho es un fracaso. Quien trabaja a su tiempo y conociendo sus límites y fortalezas, puede perfectamente realizar un trabajo, por más lento que sea.
Shelley Prevost, co fundandora de Lamp Post Group, catalogó el estilo de los trabajadores en cuatro grupos: Los que hacen, los que lideran, los que aman y los que aprenden.
Cuando en las empresas existe un balance entre estos cuatro tipos de trabajadores se sabe que el éxito viene de camino. Las mejores organizaciones tienen equipos bien equilibrados que confían los unos a los otros, porque saben que todos son necesarios.
1.- Los que hacen
Ellos se encargan de ejecutar las tareas. Dan vida a los proyectos y son la "fuerza bruta" de la compañía. Si hay algo que falta por hacer, ellos están ahí. Son quienes concretan. Por lo general, son esforzados y sacrificados por el equipo
Los que hacen muchas veces suelen actuar de forma autónoma y rara vez piden la opinión de los demás, tomando las riendas ellos mismos y en algunas ocasiones siendo descuidados.
2.-Los que lideran
Los líderes son quienes tienen la visión de futuro e inspiran a otros a creer en ella. El líder siempre sabe qué decir y es digno de admirar. Los líderes manejan los tiempos de crisis y ayudan al resto a mantenerse siempre en un buen lugar
Muchas veces los líderes son reconocibles porque no saben qué sucede alrededor de ellos, ya que siempre están mirando hacia al frente e ignoran lo que pasa en el momento.
3.- Los que aman
Los que aman el trabajo son los que construyen las relaciones en el trabajo. Son un elemento fundamental pues son quienes crean un buen ambiente laboral. Ellos arman los paseos y las actividades de la empresa .
Los que aman son fieles seguidores del "uno para todos, todos para uno". Creen que todos somos más fuertes juntos, creen en la armonía y trabajo duro para construir relaciones.
Sin embargo, los que aman generalmente no son los más grandes trabajadores, pues se dedican más a mantener el buen ambiente y entregar "buena onda" al lugar de trabajo, en vez de estar haciendo el trabajo. De todas, maneras es un gran elemento para un equipo.
4.- Los que aprenden
Ellos son son los cerebros del equipo. A diferencia del líder, los que aprenden más que no son expertos en la toma de decisiones, pero sí en la comprensión y resolución de problemas. Siempre buscan aprender algo nuevo.
Los que aprenden son disciplinados y tienden a pensar de forma más estratégica que la mayoría de la gente.
Sin embargo, los que aprenden son quienes menos participan del trabajo duro, como "los que hacen". Su trabajo es pensar y no ejecutar. Sus proyectos únicamente serán útiles con un equipo de trabajo cerca.
Cada uno de estos cuatro estilos de trabajo tiene fortalezas únicas que junto con otras permiten formar un equipo de trabajo excepcional.
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