Es fácil recordar aquellos momentos cuando pequeña visitaba a mi abuela y tenía puesto el ‘Venga Conmigo’. El programa era prácticamente una obligación cada domingo, todos lo veían en mi familia. Sin embargo, varios años después, cada vez veo menos televisión, especialmente la nacional. El por qué no es concreto, solo está el hecho de que cada vez tomo menos el control.
De las veinticuatro horas que tiene un día, prácticamente ocho las ocupamos en dormir. En mi caso, desde las ocho de la mañana hasta generalmente las cuatro y media de la tarde estoy en la universidad. Llego a mi casa cerca de las seis de la tarde, y me duermo entre las doce y la una de la madrugada. Todo este pequeño cálculo sirve para determinar que dispongo aproximadamente de seis horas para ver televisión. Obviamente tengo que estudiar y dedicar tiempo a mí misma, por lo que esos minutos disminuyen aún más. La televisión ya ha dejado de ser programas como ‘Venga Conmigo’ para mí, si no que se ha transformado en ver las noticias para mantenerme informado y esperar una buena película para despejar mi mente.
Sin embargo, la respuesta no se limita a solamente el poco tiempo que dispongo para ver televisión. Los programas son muy importantes también. Aquella parrilla programática es horrible. En algunos canales se remiten a repetir sin compasión una y otra vez episodios de ‘Los Simpson’ y en otras estaciones televisivas son horas y horas de farándula, hablando de gente y temas que no me interesan.
Cuando finalmente llega la hora importante, aquella siúticamente llamada ‘prime time’, lo único que tiene son un par de teleseries de narcotráfico, programas de concursos que si bien son de entretención, lo que menos logran es, bueno, entretener, o también formatos comprados de programas internacionales en los que la gente salta a una piscina sin ninguna buena razón aparente.
Pero ojo, no todo es negro en este universo. Un par de ‘lates’ hacen que el salve necesario de una televisión que se ha alejado de mí. También no me puedo quejar de algunas series que estoy esperando para este segundo semestre. Lamentablemente, todo lo demás que puede ser interesante está en el tv cable.
Sin duda que otro factor que se transformó en otra razón fue internet. Este medio permite elegir que ver, además de leer aquello que me interesa, sin tener que alimentarme de contenido que simplemente no llama la atención.
Espero que la famosa caja mágica me vuelva a re encantar en algún momento. Que aquellas tardes tomando once en frente de aquella pantalla, sentado junto a mi familia y riendo a carcajadas vuelvan. Por ahora, televisor, tú y yo, simplemente estamos en otros caminos.
Y tú, ¿dejaste de ser fan de la tele?