Sería ideal tener la autonomía para disponer del tiempo y del lugar para el trabajo, pero lamentablemente estamos muy lejos de masificar trabajos con ese formato. Es más, creo que retrocedemos en esa materia. ¿Han escuchado la expresión “zapatillas de clavo”? no lo dudo. Al empleado que se va puntualmente a la hora correspondiente, más de alguna vez le han dicho así. En Chile, los que se quedan hasta tarde trabajando, son los favoritos de los jefes… ojo que no tiene que ver necesariamente con cantidad, sino más bien con calidad.
En el mundo existen distintas modalidades de trabajo, pero sin duda que los países desarrollados lideran la lista en cuanto a flexibilidad horaria se trata.
La flexibilidad laboral sería un excelente norte para nuestro país. Los beneficios que se desprenden de ese modelo son muchos.
Podemos encontrar trabajos con horarios flexibles, incluso con la opción de trabajar remotamente desde la casa por ejemplo. Me dirán que en nuestro país también hay trabajos de este tipo, y sí, pero son muy pocos. La realidad Europea es muy distinta, “según un estudio de la Comisión Europea, entre el 50% y el 62% de los trabajadores en Suecia, Alemania y Dinamarca tienen horarios flexibles”.
Sin duda que en muchos de los trabajos las funciones que desempeñan los empleados podrían realizarse, eficaz y eficientemente, desde la comodidad de la casa. Piensen en el caso de una mujer profesional, que además es mamá. Si un día un hijo se enferma puede tranquilamente quedarse en casa cuidando a su hijo y no tener que salir a trabajar, lo podría hacer desde su casa. Muchas mamás que trabajan saben que es estresante el hecho de tener que faltar al trabajo, presentar una licencia cuando se enferman los hijos. Me atrevo a decir, que uno de los beneficios de la flexibilidad laboral sería la disminución de las licencias médicas.
A pesar de los beneficios propios de sistemas laborales flexibles, que por cierto no son pocos, tal como se menciona en el artículo de Laborum, estamos muy lejos de alcanzar las cifras de los países desarrollados, creo que nuestra idiosincrasia nos aleja bastante de dicha realidad.
¿Alguien alguna vez ha sentido que está “calentando el asiento”?, bueno eso pasa y mucho. En reiteradas ocasiones se finaliza el trabajo diario, todo listo, pero como no estamos en la hora, sencillamente no nos podemos ir antes. O bien, depende si el jefe es “buena onda” o si me tiene buena… estoy segura que más de alguno piensa lo mismo…
Aunque estamos muy lejos de la realidad laboral de países como Alemania, en nuestro país la discusión se ha desarrollado, claro que con deficiencias en la propuesta del Gobierno actual y con el consecuente rechazo por parte de la oposición, tal como se menciona en el artículo de 24 horas.
Flexibilidad laboral: ¿Podremos los chilenos gozar de sus beneficios?
Publicado
por
Paula Flores