La amistad en el trabajo da para mucho análisis, pero en esta nota solo haré una reflexión sobre como evitar posibles conflictos generados por diferencia de sueldos.
Trabajo en una empresa bien grande, que tiene fácil 600 empleados, repartidos entre varias oficinas. Todo esto para mí sigue siendo curioso, ya que mis primeros años como “empleada” fue en una pequeña oficina de tan solo 20 personas.
En fin, el tema es que he hecho buenos amigos, tenemos un grupo bien entretenido y cada día va creciendo. Todos, como profesionales, somos más o menos iguales, algunos con bastante más experiencia, y otros empezando, pero todos en el rubro de la ingeniería civil. Eso nos ayuda bastante, ya que dentro de nuestra ñoñería ingeneril, nos comprendemos, nos reímos de las mismas tonteras y no somos criticados por a veces liberar el Asperger que llevamos dentro. Todo eso es muy bueno, el problema aparece cuando, por ser todos parecidos y caer dentro de la misma bolsa, empezamos a compararnos y a competir.
Mi caso es fácil por un lado, pero extremadamente delicado por otro. Entre mis amigas más cercanas soy la única que estoy en otra área (aunque las tres estudiamos lo mismo) y les llevo unos años, mientras ellas están empezando. ¿Pero qué pasa cuando te ves forzada a hacer comparaciones? El tema no deja de ser difícil de enfrentar y creo que es importante tener algunos puntos establecidos previamente para evitar conflictos y malos entendidos:
- Primero que nada, saber que un tema es pega y otro tema son las relaciones personales. No deben mezclarse. Puedes tener amigos en la pega pero mientras trabajen juntos, en los mismos proyectos, deben ser profesionales siempre.
- Con esta misma lógica, “sentirse” no es válido si te miran feo porque hiciste mal la pega, ni porque a ti te hablaron de peor manera que al otro. Esto es especialmente válido cuando somos mujeres, ya que todos dan por hecho que somos más sensibles que los hombres. Y reconozcámoslo, lo somos.
- Si llegasen a estar en franca comparación, a ojos de sus jefes, y se enteran de que unos ganan más que otros, olvídense de hacer pataleta, puchero o quejarse entre dientes porque eso no sirve de nada y solo perjudica la imagen y el ánimo. Lo indicado y lo más maduro es preguntarse porqué sucede esto. Creo yo que existen dos principales razones. La primera y la más dura es que derechamente unos sean mejores en su pega que otros. Seamos francos, cada persona tiene fortalezas y debilidades y nadie es igual. Si esto se intensifica en alguna medida, lo más razonable es que los que hacen mejor su pega, ganen más. Pero claramente esto conlleva a dificultades por lo cual los jefes siempre prefieren tener otro tipo de escalas, por años de experiencia, por cantidad de pega que realizan, por responsabilidades, etc. La otra razón, injusta por cierto, pero existente, es por preferencia o barra. Creo que esto es lejos lo peor que puede existir y en un mundo ideal, sería inverosímil, pero en nuestro mundo, pasa. En ese caso, y si te ves perjudicado, amerita reconsiderar si realmente quieres trabajar en un lugar donde sucedan estas injusticias (obvio que si no te ves perjudicado, difícilmente te querrás ir, a no ser que seas extremadamente moral).
- A mi parecer, la mejor forma para evitar problemas es ser discreto. En temas de plata yo soy reservada, porque no me gusta ventilar cuánto gano. Es un tema mío, personal, y creo que demasiada transparencia o demasiada información, puede ser perjudicial. Si quieres hablar de lo disconforme que estás con tu sueldo, no es necesario andar publicando la suma, eso se verá mal si llegara a oídos equivocados, y si estás contento, andar alardeando puede incomodar a algunas personas, y en un ambiente donde las relaciones humanas son importantes para que las cosas funcionen bien, es mejor prevenir antes que lamentar.