Lo que más nos cuesta en todo el día es levantarnos, ya que unos pocos minutos más en la cama son demasiado valiosos, y más ahora que estamos en invierno que es una lata salir de la cama a congelarse en el paradero.
De repente estoy en un prado verde caminando con mi polola, o en algún lugar increíble cuando empiezo a escuchar una voz en mi mente que dice “Levántate”, y es ahí cuando despierto. Despertarse es una sensación agradable, pero levantarse no es NADA agradable.
Últimamente nuestro país ha sido azotado por una ola de frio asquerosa y casi nadie se salva, y los universitarios también sufrimos las consecuencias, porque es súper mala onda levantarse de repente a las 6 y media de la mañana para poder llegar a clases temprano, ya que salimos de nuestras calentitas camas a congelarnos esperando micro en el paradero.
Los 5 minutos son clásicos cuando no quieres levantarte, pero al final uno termina atrasándose más y obligado a hacer todo al doble de velocidad de lo normal (por lo menos sirve para entrar en calor). Yo de chico que siempre pedía los 5 minutos de alargue a mi vieja, y si bien me los daba, siempre me quedaba unos 10 o 15 minutos y terminaba atrasándome en todo (y debo reconocer que hoy a mi edad y trabajando todavía me pido el alargue a mí mismo).
Y ustedes piden sus 5 minutos extra en la mañana?