🎭 Introducción: No eres tú, es tu carrera
Dios mío, ¿cuántos de nosotros hemos entrado a la U con esas ilusiones enormes? Yo empecé arquitectura pensando que sería puro diseño creativo... JA. Resultó ser 90% cálculos estructurales que ni entendía. A veces uno entra a la U lleno de sueños, pero al toque te das cuenta que lo tuyo NO ES memorizar nombres de huesos, ni programar en Java hasta las 4 am, ni leer montones de libros con letra hormiga que ni con lupa se entienden. No estás solo, mi bro: cambiarse de carrera es más común que quedar en la pasta después de un carrete universitario. Estos 50 motivos para mandarse a cambiar de carrera lo confirman. Si te identificas con más de 3... ya sabí lo que toca 👀.
🧠 Crisis existencial nivel 3000
- Te has quedado mirando el techo a las 3 am pensando: "¿Y si mando todo a la punta del cerro y me voy al sur a criar alpacas de colores?"
- Has llorado más veces por tu malla curricular que cuando te dejó el/la polol@ por WhatsApp después de 2 años.
- Ya perfeccionaste el arte de parecer funcional con 2 horas de sueño, 5 cafés y un Red Bull. Tu médico te mira con cara de "wn, ¿qué estai haciendo?".
- Cuando alguien te pregunta qué estudias, empiezas con un suspiro larguísimo y después dices "ehhh... estudio... es complicado".
- En tu calendario, marcas con más entusiasmo el fin del semestre que tu propio cumpleaños.
- Tu vocación se fue de vacaciones a otra galaxia y nunca mandó ni una postal.
- Tu terapeuta ya te cobra tarifa especial por la carpeta "La carrera equivocada y otras malas decisiones".
- Tu historial de búsqueda es tipo: "cómo saber si elegí mal la carrera" "se puede ser feliz estudiando algo que odias" "cuántos ramos puedo echar antes de que me echen" "test vocacional tardío pero urgente".
- Has tenido más crisis existenciales que comidas completas este semestre.
- Mientras tus compañeros ven TikToks de su carrera y se ríen, tú ves TikToks de OTRAS carreras y suspiras como quinceañera enamorada.
📚 Teorías, prácticas... y la dura realidad
- Entraste pensando que ibas a revolucionar el mundo y acabaste salvando archivos PDF mal nombrados en carpetas que nadie revisará jamás.
- Tu práctica profesional fue tan traumática que todavía tienes pesadillas. Onda, despertarte sudando a las 3 am gritando "¡YA MANDÉ EL CORREO, JEFE!"
- Te vendieron el cuento del "campo laboral amplio" y ahora entiendes que significa "serás un gitano profesional saltando de pega en pega".
- Has usado más lo que aprendiste en un taller de origami de 2 horas que todo lo que te enseñaron en el ramo más importante de tu carrera.
- El ramo "fundamental" te provoca más terror que cuando de chico viste esa película de miedo que te dejó traumado por meses.
- Cuando supiste que tu profe favorito, ese que parece saber todo, también se cambió de carrera... tres veces... y todavía está "encontrándose a sí mismo" a los 45.
- No es que esa materia sea difícil, es que cada vez que abres el libro te dan ganas de usarlo como almohada. O para hacer una fogata.
- El único electivo "entretenido" que tomaste te recordó que la felicidad universitaria existe... en otras facultades.
- El GPS de tu vida dice permanentemente "recalculando ruta" con ese tonito insoportable que ya hasta escuchas en sueños.
- Has aprendido más viendo tutoriales random de YouTube a las 2 am antes del examen que en todo el semestre de clases.
💼 La cruel realidad laboral (spoiler: es peor que en las películas)
- Un día de aburrimiento googleaste "sueldo promedio recién egresado + [tu carrera]" y se te cayó el café, el mundo y todas tus esperanzas juntas.
- Tu futuro laboral es tan borroso que ni con los lentes de tu abuelito logras verlo claro.
- Tenías tantos sueños profesionales... hasta que hablaste con egresados en la feria laboral y viste esas miradas vacías y sonrisas forzadas.
- Lo único 100% garantizado en tu futuro es el dolor de espalda y el síndrome del túnel carpiano.
- Cuando juegas a "¿dónde me veo en 5 años?", tu mente automáticamente te muestra haciendo cualquier otra cosa menos tu profesión. Como vendiendo completos en la playa. Y te ves más feliz.
- En las reuniones familiares, cuando le explicas a tu tío en qué vas a trabajar, hace ese gesto con la boca tipo "mmmm" que claramente significa "este cabro se va a morir de hambre".
- El mercado laboral de tu carrera es tan pequeño que todos los egresados se conocen, se odian y compiten por el mismo puesto desde 1995.
- Si te ponen un niño de 5 años al frente y te pide que le expliques qué hace alguien de tu carrera, entrarías en colapso nervioso inmediato.
- La única empresa que está contratando gente como tú es la startup que montó un compañero desesperado en el living de la casa de sus papás.
- En tu fuero interno sabes que tienes más posibilidades de hacerte famoso en Instagram vendiendo brownies caseros que ejerciendo lo que estudiaste.
❤️ Te enamoraste de otra (carrera)
- Ese hobby que haces los domingos por la tarde te da más alegría que toda tu carrera. Y encima se te da mejor.
- Entraste por error a un electivo de otra facultad y fue como cuando probaste flan por primera vez: una revelación divina.
- Cada vez que el vecino del depa de arriba te habla de su carrera, sientes ese cosquilleo en el estómago que no has sentido ni por tu crush de hace 3 años.
- Pasas por la facultad de arte y miras con envidia infinita a esos weones felices pintando en el pasto mientras tú vas cargando libros que pesan más que tus ganas de vivir.
- Te metiste de voluntario en esa cuestión solo para rellenar currículum, y ZAZ, descubriste que era justamente lo que querías hacer con tu vida.
- La carrera que REALMENTE querías era esa que todos en tu casa menospreciaron con el clásico "pero eso no da plata, mijito".
- Resulta que tienes un talento innato para algo que ni sabías que existía hace un año. ¿Diseño de videojuegos? ¿Cultivo hidropónico? ¿Terapia con perros? ¿Quién sabe?
- Cada vez que ves a alguien haciendo algo creativo, sientes una punzada en el pecho y piensas "chucha, ahí es donde debería estar".
- O cuando ves a alguien trabajando feliz con otras personas y piensas "eso tiene más sentido que toda mi malla curricular junta".
- O ese amigo que estudia algo super técnico y ya está haciendo cosas prácticas mientras tú sigues leyendo teoría abstracta que ni tu profe entiende realmente.
😵💫 Señales que ni un ciego pasaría por alto
- Cada mañana de clases te arrastras de la cama como si fueras a una sesión de tortura medieval. Y técnicamente, no estás tan lejos.
- Has elevado la procrastinación a niveles artísticos. De hecho, si dieran título en procrastinación, serías Doctor Honoris Causa.
- Los motivos para cambiarse de carrera pululan por tu cabeza desde la segunda semana de clases, cuando el profe dijo "esto es solo la puntita del iceberg" y te dieron ganas de gritar.
- No solo tienes guardada la página de postulaciones y transferencias, sino que ya has simulado tu postulación como 17 veces "solo para ver cómo funciona el sistema".
- Tus notas hacen la misma montaña rusa que tu motivación: de repente un peak de "ahora sí me pongo las pilas" seguido de un descenso mortal tipo "ya fue, con un 4 me conformo".
- La calidad de tus trabajos refleja perfectamente tu entusiasmo: el equivalente académico de un "meh" con hombros encogidos.
- Cuando alguien te pregunta cómo terminaste en esa carrera, tu explicación empieza con "Chucha, es que..." y termina 20 minutos después con "...y así fue como la vida me trajo hasta acá, supongo".
- Entiendes y te ríes más con los memes de otras carreras que con los chistes internos de la tuya.
- En las reuniones de estudio, después de la tercera cerveza, el tema siempre deriva a "¿y si nos cambiamos todos juntos a otra carrera?"
- Llegaste al final de esta lista y, en vez de reírte, ya estás viendo qué plazo hay para congelar o cambiarte el próximo semestre 😅.
🎓 Conclusión: Cambiar de carrera es como actualizar tu sistema operativo
Si mientras leías estos motivos para cambiarse de carrera ibas haciendo check mental y asintiendo como weon, quizás sea hora de hacerle caso a esa vocecita interior que grita "¡SÁCAME DE AQUÍÍÍ!". Recuerda algo importante: cambiar de carrera no es "tirar la toalla" – es tener los cocos (o los ovarios) bien puestos para admitir que a veces la vida da giros y uno tiene que girar con ella.
¿Sabías que Steve Jobs se cambió de carrera? ¿Y que la Bachelet estudió primero idiomas antes de medicina? Hasta mi tío Jorge pasó por tres carreras distintas antes de encontrar su pasión vendiendo seguros (bueno, eso no suena tan inspirador, pero el weon es feliz y tiene tremenda casa).
La vida es demasiado corta para pasarla estudiando algo que te hace preferir un examen rectal a entrar a clases. Y oye, si después de darle mil vueltas decides quedarte, al menos será porque TÚ lo decidiste conscientemente, no porque te dio pajita el papeleo del cambio o miedo al qué dirán.
Los verdaderos motivos para cambiarse de carrera están en tu guata, en esa sensación de "esto no es lo mío" que no te deja dormir. No en lo que esperaba tu familia, ni en lo que diga el ranking de sueldos, ni en lo que esté de moda.
Y tú, ¿a cuántos motivos les hiciste check mental? ¿2, 15, todos? ¡Cuéntanos en los comentarios! Tranqui, tu secreto está a salvo aquí... junto con los otros 500 que también están a punto de mandar todo a la cresta y empezar de nuevo 🏃♂️💨