Dicen que después de la tormenta viene la calma, buen ejemplo de esto es el terremoto vivido el 27 de Febrero, después de vivir una histeria colectiva durante un mes y medio aproximadamente, donde cualquier tipo de movimiento generaba algún tipo de reacción, al fin veo que volvió la calma.
La gente ya no habla del terremoto día y noche, al fin calmaron sus neuronas, si es bien permitido tener algo de miedo ante estas situaciones ya había sido demasiado, bueno que gran culpa también la tienen los medios ya que hicieron casi una fiesta con todo este suceso.
Pero lo que nos dejos el terremoto ahora ya no es el miedo a las replicas, si no una gran paranoia de que es lo que vendrá, esa incertidumbre diaria que se siente en el aire, esa sensación de que nos estamos preparando sicológicamente para algo más grande es casi angustiante, si hoy hace calor y mañana hace frio es indicio de que algo se viene, si llovió en el norte donde nunca cae agua es el fin del mundo. Es hora de que nos miremos internamente y nos preguntemos que nos está pasando, será que nos sentimos en algún momento los más observados que ahora esperamos que algo suceda para seguir siendo famosos por algo o será que necesitamos urgente hora con el siquiatra, porque de momento deben ser los más beneficiados con todo esta melcocha de ideas que tiene la gente en sus cabezas.
¿Qué opinan?