Los primeros antecedentes de la Universidad Austral de Chile se originan el año 1942, cuando un grupo de destacadas personalidades de Valdivia, lideradas por el doctor Eduardo Morales Miranda, dieron vida a la denominada Sociedad Amigos del Arte, entidad que promovió el cultivo, desarrollo y difusión de la cultura en nuestra ciudad para la construcción de una Universidad.
Esta idea fue acogida en la década del 1950 por el senador de la provincia de Valdivia Sr. Carlos Acharán Pérez de Arce, quien desde los estrados del Congreso Nacional, dio a conocer el proyecto de los valdivianos y logró su posterior consolidación. Otro de los núcleos originarios que abogaron por la idea de crear un plantel universitario local, a la Sociedad Médica de Valdivia, fundada el 17 de noviembre de 1944.
Pasaron varios años en que el proyecto universitario se mantuvo en una etapa de sucesivas propuestas y planteamientos diversos. Finalmente el 16 de febrero de 1954, se proclamó como presidente del recién constituido directorio de socios de la Universidad Austral de Chile al médico y filántropo Dr. Eduardo Morales Miranda. El financiamiento se logró gracias a los aportes voluntarios de algunos ciudadanos comprometidos con esta causa y de los industriales valdivianos.
Gracias a la ayuda proporcionada por las eméritas ciudadanas valdivianas Inés Bischoff von Stillfried de Haverbeck, su hija María Inés Haverbeck de Allende y Elena Haverbeck Richter de Skalweit, efectuaron solemne donación de extensos predios en el sector de Miraflores. De este modo la Universidad pudo contar con los primeros edificios en los cuales se impartieron las asignaturas propias de las nuevas carreras.
Su fundación
La Universidad Austral de Chile fue fundada a través del Decreto Supremo Nº 3.757, de 7 de septiembre de 1954, en Valdivia, como respuesta a la impostergable necesidad de contar con una institución de educación superior universitaria en el sur del país.
Forjador de un sueño
El primer rector de esta casa de estudios fue el ya citado doctor Eduardo Morales, quien impulsó de manera notable las actividades académicas de esta entidad. Su legado perdura hasta hoy, siendo la Universidad Austral de Chile una de las más prestigiosas y pujantes instituciones universitarias de Chile.
La inauguración
El acto inaugural se llevó a cabo el 12 de marzo de 1955, presidiendo la ceremonia el presidente de la República Carlos Ibáñez del Campo y acompañando del Rector Dr. Eduardo Morales.
Las primeras carreras
Antes de la inauguración, quedaron constituidas las facultades que organizarían los planes y programas de estudio ofrecidos a la comunidad: Bellas Artes, Agronomía, Ingeniería Técnica Forestal y Medicina Veterinaria.
Hitos trascendentales
Por último, entre los hechos de importancia de esta corporación, cabe destacar la inauguración de la Ciudad Universitaria, fechada el 24 de abril de 1965, día en que la mayor parte de los edificios del Campus Isla Teja estuvieron listos. El 3 de junio de 1968 se promulga la ley 16.848 que consagró la autonomía de la Universidad Austral en cuanto a la promulgación de sus planes y programas de estudios.
Antecedentes jurídicos
De acuerdo con los Estatutos de la Universidad Austral de Chile, aprobados por la Junta General de Socios de esta corporación, con fecha 25 de noviembre de 2004 y 26 de abril de 2005, respectivamente cita en su artículo nº5 que la Universidad se organiza jurídicamente como una corporación de derecho privado sin fines de lucro, reconocida por el Estado y que goza de autonomía académica, administrativa y financiera en conformidad con la ley. Tiene su domicilio principal en la ciudad de Valdivia, sin perjuicio del desarrollo de sus actividades en otros lugares mediante campus, sedes u otras dependencias. En virtud de su carácter autónomo -tal como está suscrito en el artículo nº6 del mismo documento- la Universidad dispone de plena libertad para organizarse, determinar sus formas de gobierno, fijar sus planes de desarrollo, administrar su patrimonio, fijar sus planes y programas de estudio, otorgar sus propios títulos y grados y determinar sus reglamentos internos, con las limitaciones que le imponen la Constitución y las leyes.