Continuidad de Estudios en Chile: La guía que necesitas para seguir creciendo profesionalmente
En el mundo laboral chileno actual, donde las empresas evolucionan constantemente y la tecnología avanza sin pausa, contar con un solo título ya no es suficiente para muchos profesionales. La actualización continua ha dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad vital. Por eso, seguir estudiando ya no es exclusivo de los jóvenes recién salidos del colegio.
Lo cierto es que mientras todo cambia a nuestro alrededor, nosotros también necesitamos evolucionar. Es por esto que la continuidad de estudios se ha convertido en una herramienta estratégica para quienes buscamos avanzar en nuestra carrera, cambiar de rumbo profesional o simplemente satisfacer ese deseo de adquirir nuevos conocimientos.
En nuestro país, esta tendencia ha ido ganando cada vez más terreno. Las universidades, institutos y centros de formación técnica han comprendido que muchos de nosotros no disponemos del tiempo ni nos encontramos en la edad para cursar una carrera completa en formato tradicional, por lo que han desarrollado alternativas flexibles: programas vespertinos, clases concentradas en fines de semana y carreras completamente online que permiten estudiar en los momentos disponibles, ya sea cuando los niños duermen o durante los trayectos diarios.
Este contenido surge de numerosas conversaciones con personas que, como tú, buscaban información sobre cómo retomar o continuar sus estudios. Sin ánimo de idealizar: no fue un camino sencillo para ninguno de ellos, pero todos coinciden en que el esfuerzo valió la pena.
Aquí encontrarás tanto datos objetivos como experiencias de quienes ya han recorrido este camino, complementados con valiosos recursos del blog de Universitarios.cl para orientar mejor tu decisión.
1. ¿Qué es exactamente la continuidad de estudios?
Cuando hablamos de continuidad de estudios, nos referimos al proceso que permite seguir formándose académicamente a partir de estudios previos. Es similar a retomar un camino donde lo dejamos, pero con reconocimiento formal de lo ya aprendido.
Hace aproximadamente 15 años en Chile, este concepto se limitaba casi exclusivamente a la progresión desde una carrera técnica hacia su equivalente profesional en la misma disciplina. Por ejemplo, un técnico en enfermería que aspiraba a convertirse en enfermero profesional. Sin embargo, actualmente el panorama es mucho más diverso. Un contador puede decidir estudiar informática, una enfermera puede especializarse en gestión sanitaria, y un ingeniero agrónomo puede orientarse hacia las energías renovables.
"Cuando terminé mi carrera técnica en electrónica, pensaba que tendría que comenzar desde cero si quería obtener el título profesional", comenta Manuel, ahora estudiante de ingeniería. "Sin embargo, me convalidaron casi dos años de estudios. Fue un reconocimiento valioso de mis conocimientos previos".
También existen casos de personas que interrumpieron su formación académica y ahora desean retomarla. Como Laura, quien después de 12 años de experiencia en el área comercial, decidió volver a las aulas: "Temía sentirme fuera de lugar por tener 35 años, pero descubrí que aproximadamente la mitad de mis compañeros superan los 30". Como ella misma señala, nunca es tarde para actualizar conocimientos o perseguir esa carrera que siempre nos interesó, como lo demuestra la experiencia de quienes han vuelto a estudiar después de los 30.
Un aspecto destacable es que cada vez más establecimientos de educación media técnico-profesional establecen convenios con institutos o universidades. Estos acuerdos permiten a los estudiantes avanzar más eficientemente en su formación superior mediante el reconocimiento de asignaturas o competencias ya adquiridas. Para muchos jóvenes, especialmente de contextos socioeconómicos más vulnerables, estos convenios representan una oportunidad valiosa para continuar estudios superiores que de otra manera serían inaccesibles.
Es importante mantener expectativas realistas: continuar estudiando no garantiza inmediatamente un mejor salario. Sin embargo, proporciona competencias que son valoradas en el mercado laboral. En el contexto chileno actual, donde las empresas demandan creciente especialización, contar con una certificación adicional puede marcar la diferencia entre ser un candidato más o el seleccionado, o entre un salario estándar y uno que ofrezca mayor bienestar económico.
2. ¿Quién puede acceder a la continuidad de estudios? (Una oportunidad ampliamente accesible)
Si estás considerando esta opción y te preguntas si calificas para un programa de continuidad, lo más probable es que la respuesta sea afirmativa. El sistema educativo ha evolucionado considerablemente, eliminando barreras y creando oportunidades para diversos perfiles:
Técnicos que aspiran a una formación profesional
Si comenzaste con una carrera técnica y ahora deseas obtener un título profesional, formas parte del grupo mayoritario para el cual existe la mayor oferta educativa.
Carolina, técnico en enfermería con tres años de experiencia hospitalaria, decidió continuar sus estudios para convertirse en enfermera profesional: "Me reconocieron varias asignaturas y pude mantener mi trabajo mientras estudiaba", explica. "Representó un esfuerzo considerable, pero inicié con cierta ventaja, lo cual facilitó el proceso".
Muchos estudiantes reconocen el valor de haber comenzado con una formación técnica antes de comprometerse con una carrera profesional completa, especialmente cuando no tenían certeza vocacional. Esta estrategia tiene sus ventajas y desafíos particulares que vale la pena considerar.
Profesionales que buscan reorientación o complemento formativo
¿Ya cuentas con un título pero sientes la necesidad de dar un giro a tu carrera o complementarla? No estás solo en esta situación. Es cada vez más común encontrar abogados que migran hacia la programación cansados del ambiente de tribunales, periodistas que buscan estabilidad laboral estudiando marketing digital, y profesores que se especializan en neurociencia aplicada a la educación al descubrir nuevas oportunidades en ese campo.
Javiera, periodista con diez años de trayectoria, optó por un magíster en marketing: "El periodismo me proporcionó excelentes herramientas comunicacionales, pero necesitaba profundizar en estrategia comercial para avanzar profesionalmente. El magíster resultó ser el complemento ideal para mis objetivos".
Personas con experiencia laboral significativa pero sin titulación
Si has acumulado años de experiencia laboral pero no cuentas con un título formal que la respalde, existen alternativas interesantes. Varias instituciones ofrecen programas que reconocen tu trayectoria mediante el proceso conocido como RAP (Reconocimiento de Aprendizajes Previos).
Roberto, con 15 años de experiencia en el sector de la construcción, comenzó como operario y llegó a supervisor de obras. Logró acceder a un programa especial de ingeniería en construcción donde valoraron su experiencia práctica, solicitándole únicamente rendir algunas evaluaciones para certificar competencias específicas. "Obtendré en tres años un título que normalmente requiere cinco años de estudio, gracias a mi experiencia práctica", comenta con entusiasmo.
Egresados recientes de educación media técnico-profesional
Si has finalizado recientemente tus estudios en un liceo técnico-profesional, es recomendable investigar los convenios existentes con instituciones de educación superior. Estos acuerdos facilitan la convalidación de asignaturas e incluso semestres completos al ingresar a carreras relacionadas.
Esta alternativa resulta particularmente valiosa para quienes necesitan compatibilizar estudios y trabajo, enfrentando situaciones desafiantes pero formativas durante este proceso.
3. Modalidades según tus tiempos y tu vida
La educación superior chilena por fin entendió que no todos podemos ir a clases todo el día, todos los días. La diversidad de formatos refleja esta realidad:
Programas presenciales (para los que pueden darse el gusto)
Siguen siendo la primera opción para quienes recién salen del colegio o tienen la suerte de poder dedicarse solo a estudiar. El contacto directo con profes y compañeros, los laboratios bien equipados y la vida universitaria tienen su encanto.
Francisca, recién egresada de técnico en administración, eligió esta modalidad para estudiar comercial: "Quería la experiencia completa, con debates en clase y trabajos en grupo. Las primeras semanas fueron heavy, como cuentan en ese artículo de cómo no morir en el intento en el primer semestre, pero creo que tomé la decisión correcta".
Programas semipresenciales (ni fu ni fa, lo justo)
Es la modalidad más popular para quienes trabajan pero igual valoran algo de presencialidad. Por lo general, vas a clases un día a la semana (viernes tarde o sábado) y el resto lo haces online.
Pedro, técnico informático, optó por esto para su ingeniería: "Necesitaba seguir con la pega, pero igual quería conocer a mis profes en persona. Con las clases los sábados y el resto online, pude organizar mi vida sin volverme loco".
Programas 100% online (libertad absoluta)
La pandemia nos demostró que se puede aprender sin tener que ir físicamente a una sala. Instituciones como IACC, Santo Tomás o UDLA han desarrollado plataformas bacanes, con clases grabadas y en vivo, foros para discutir, y sistemas de evaluación a distancia.
A Marcela, mamá de dos cabros chicos y trabajadora full-time, esta opción le salvó la vida: "Con mi realidad actual, ir presencialmente sería imposible. Estudio de noche cuando los niños duermen o en la hora de colación en la pega. Sin esta modalidad, ni cagando podría estudiar".
Programas Advance o Ejecutivos (intensivos pero eficientes)
Hechos a la medida para profesionales con experiencia que quieren optimizar su tiempo. Suelen concentrar las clases en bloques intensivos de fin de semana o vespertinos.
"Es matador pero eficiente", me contaba Rodrigo, ingeniero estudiando un Advance. "Son clases al grano, sin tanta challa, y además te permiten hacer redes con otros profesionales. Varios de mis compañeros son gerentes o tienen sus propias empresas, así que hasta las conversas de pasillo son útiles".
4. ¿Qué necesito para postular? (Sin letra chica)
Antes de ilusionarte con un programa, asegúrate de cumplir con los requisitos básicos. Aunque varían según donde postules, estos son los más comunes:
Título o certificación previa
Lo básico es tener un título técnico, profesional o alguna certificación de una institución reconocida. Si vas por el camino del reconocimiento de experiencia, prepárate para mostrar certificados de tus pegas anteriores, cartas de recomendación y en algunos casos, un portafolio con proyectos que hayas hecho.
Documentos académicos
Las instituciones suelen pedir:
- Concentración de notas
- Certificado de título o egreso
- Programas de estudio o malla de tu carrera anterior
Para carreras técnicas, generalmente piden que tu formación previa haya durado al menos cuatro semestres.
Antecedentes adicionales
Dependiendo del programa, te podrían pedir:
- CV actualizado
- Carta diciendo por qué quieres estudiar ahí
- Entrevista personal
- Pruebas específicas de conocimientos
- Portafolio de trabajos (sobre todo en áreas creativas)
El perfil adecuado
Algunas carreras definan perfiles específicos de ingreso. Por ejemplo, programas de ingeniería suelen exigir cierta base matemática, mientras que áreas de salud a veces piden conocimientos básicos de biología o química.
Estos trámites a veces son lateros, pero son el primer paso real. Como cuentan los que volvieron a estudiar pasados los 30, juntar estos papeles es como el primer test de que vas en serio.
5. ¿Dónde puedo estudiar? Opciones para todos los bolsillos
El panorama educacional chileno ofrece hartas alternativas según lo que buscas, cuánto puedes gastar y en qué área te interesa meterte:
Universidades tradicionales
Las instituciones del CRUCH cada vez ofrecen más programas de continuidad, aunque suelen ser más exquisitas para admitir gente y tienen procesos más estrictos. Entre ellas destacan:
- Universidad de Chile: Tiene buenos programas para seguir estudios en áreas como enfermería, matronería y kine.
- USACH: Ofrece buenas opciones en ingenierías y pedagogías con horarios vespertinos.
- PUCV: Es fuerte en programas para técnicos que quieren licenciaturas.
Aunque son más competitivas, estas universidades suelen tener mucho prestigio y algunas becas específicas que valen la pena.
Universidades privadas
Son las que más fuerte han apostado por la educación continua, con modelos flexibles pensados para adultos que trabajan:
- UNAB: Su programa Advance permite obtener títulos profesionales en horarios compatibles con la pega.
- Mayor: Ofrece continuidad en salud, negocios e ingenierías con modalidades executive.
- San Sebastián: Se destaca en programas para el área de salud.
- UDP y UAI: Han desarrollado buenos programas ejecutivos para profesionales que quieren complementar su formación.
La gracia de estas universidades es que tienen horarios más adaptables y modalidades pensadas para quienes ya tienen experiencia laboral.
Institutos profesionales
Han sido los pioneros en esto de conectar la formación técnica con la profesional, y tienen modelos probados que funcionan:
- DUOC UC: Su modelo permite pasar de técnico a profesional de manera fluida en casi todas sus áreas.
- INACAP: Tiene una de las redes más grandes para conectar distintos niveles formativos.
- IP Chile: Destaca por sus programas vespertinos y flexibles.
- Santo Tomás: Cuenta con programas presenciales y online para continuidad.
Los institutos suelen tener admisión más accesible y mantienen buen equilibrio entre teoría y práctica.
Centros de formación técnica
Aunque su foco principal son las carreras técnicas, algunos CFT tienen convenios con universidades e institutos para que puedas seguir:
- CFT PUCV: Conecta con carreras profesionales de la Católica de Valpo.
- CEDUC-UCN: Tiene convenios con universidades del norte.
- CFT Santo Tomás: Te permite continuar hacia títulos profesionales dentro de su misma red.
Esta articulación es oro puro en regiones, donde las opciones pueden ser más limitadas.
6. Presupuesto: opciones para no quedar en la quiebra
La inversión en educación continua puede ser considerable, pero existen alternativas para hacerla más piola:
Beneficios estatales
Los programas de continuidad también pueden acceder a apoyo financiero del Estado, aunque con algunas particularidades:
- Gratuidad: Aplica si cumples los requisitos socioeconómicos, pero solo en instituciones adscritas y para primera carrera (salvo pedagogía y medicina).
- Becas específicas: Como la Beca Nuevo Milenio para carreras técnicas, la Juan Gómez Millas para universidades, o la Beca de Articulación para quienes pasan de técnico a profesional.
- CAE: Disponible para programas acreditados. Requiere aval y empiezas a pagar 18 meses después de egresar.
- Fondo Solidario: Solo para universidades del CRUCH, con condiciones más convenientes.
Beneficios de las instituciones
Las propias instituciones suelen tener sus ofertas:
- Becas por mérito: Descuentos por buen rendimiento, que pueden llegar hasta el 50%.
- Descuentos por convenios: Muchas tienen acuerdos con empresas o gremios que te hacen rebajas.
- Beca de egresado: Descuentos para quienes siguen estudiando en la misma institución.
- Planes de pago a la medida: Opciones como pago mensual, por trimestre o semestre, adaptados a distintas situaciones.
Apoyo de empresas
No subestimes esta opción. Muchas empresas están dispuestas a apostar por la capacitación de su gente:
- Programas de desarrollo: Algunas compañías cubren parte o la totalidad de estudios relacionados con tu área.
- SENCE: La franquicia tributaria permite a las empresas descontar gastos de capacitación. Averigua si tu empresa podría usarla para tus estudios.
- Convenios empresa-universidad: Acuerdos que ofrecen descuentos especiales para trabajadores.
Jorge, ingeniero industrial, cuenta su experiencia: "Le presenté a mi jefe un plan mostrando cómo lo que iba a estudiar podía aplicarse a mis funciones. La empresa aceptó financiar el 70% de mi magíster, con el compromiso de quedarme al menos dos años más después de terminar. Todos ganamos".
7. Cómo no morir en el intento: estudio, pega y vida personal
La mayor preocupación cuando retomas estudios es cómo cresta equilibrar todo. Acá van algunos consejos prácticos de quienes han sobrevivido:
Organización sincera del tiempo
El tiempo es el que es, y pretender estudiar 8 horas diarias mientras trabajas tiempo completo es un delirio. Arma un calendario realista:
- Bloques fijos de estudio: Reserva momentos específicos en tu semana solo para estudiar. Pueden ser dos horas después de la pega, las mañanas del finde o incluso la hora de almuerzo.
- Aprovecha los "tiempos muertos": Los viajes en transporte público, las esperas en consultorios o los minutos antes de dormir pueden convertirse en momentos para leer o repasar.
- Calendarios compartidos: Si tienes familia, usa calendarios que todos puedan ver para que respeten tus momentos de estudio.
Sandra, estudiante de psicología y mamá de tres, recomienda: "Mi familia sabe que los miércoles y jueves en la noche estoy 'modo estudio'. Me encierro en la pieza, ellos respetan ese espacio, y yo me comprometo a estar 100% presente el resto del tiempo".
Conversación con la pega
Tu trabajo es clave para financiar tus estudios, pero también necesitas que te den un poco de espacio:
- Conversa tus planes: Habla con tu jefe sobre tu decisión de estudiar, idealmente antes de matricularte. Muchos jefes valoran que quieras capacitarte.
- Negocia flexibilidad: Explora opciones como salir más temprano algunos días, trabajar desde casa o compensar horas.
- Usa tus vacaciones con estrategia: Guarda días para períodos de exámenes o entregas importantes.
Andrés, contador que estudia ingeniería, cuenta: "Conversé con mi jefe y acordamos que los días de clases presenciales salgo dos horas antes y las compenso entrando más temprano. Al principio costó, pero cuando vieron mi compromiso, hasta me ofrecieron apoyo con parte del arancel".
Apoyo del círculo cercano
El respaldo de tu entorno hace toda la diferencia:
- Comunica claramente: Explica a tu familia lo importante que es este proyecto y cómo pueden apoyarte.
- Redistribuye tareas: Revisa las responsabilidades domésticas y familiares durante tu período de estudio.
- Calidad más que cantidad: El tiempo familiar puede ser menos, pero asegúrate que sea bueno.
Marcela, estudiante de derecho y casada, reflexiona: "Mi marido asumió más tareas en casa mientras yo estudiaba. A cambio, planificábamos panoramas bacanes juntos. Ahora que él está en un diplomado, yo hago lo mismo".
Cuida tu cuerpo y tu mente
El error más grande que cometen quienes estudian y trabajan es descuidar su salud:
- Respeta las horas de sueño: Estudiar a costa de dormir es contraproducente. Tu cerebro necesita descansar.
- Muévete un poco: Aunque sean 15 minutos diarios de ejercicio mejoran tu concentración y energía.
- Desconéctate a ratos: Meditar brevemente, respirar profundo o simplemente alejarte de pantallas ayuda a mantener la cordura.
Diego, estudiante de ingeniería y vendedor, admite: "El primer semestre casi me fui a la B porque dejé de dormir y abandoné el deporte. Ahora duermo mínimo 6 horas y salgo a correr tres veces por semana. Rindo mucho mejor y no ando con cara de zombie".
8. De técnico a profesional: el camino más recorrido
Una de las rutas más comunes es la articulación entre formación técnica y profesional. Este camino tiene sus particularidades:
Modelos que existen actualmente
Hay diferentes formas de conectar estudios técnicos con profesionales:
- Modelo directo: Algunas instituciones diseñan sus carreras técnicas pensando en la continuidad. Típicamente, sacas el técnico en 2-2.5 años y el profesional en 2-3 años más.
- Convalidación de ramos: Entras a la carrera profesional y pides que te reconozcan lo que ya cursaste en la técnica. Este proceso puede reconocer entre un 30% y un 60% de la malla.
- Programas de prosecución: Mallas diseñadas específicamente para técnicos, que complementan lo que te falta para el título profesional. Duran entre 2 y 3 años normalmente.
- Ciclos comunes: Algunas instituciones ofrecen un primer ciclo que puede llevarte a título técnico o seguir hacia el profesional, según decidas.
Ventajas de este camino escalonado
Esta ruta ofrece beneficios concretos:
- Entras antes al mundo laboral: Obtienes un título técnico que te permite trabajar mientras sigues estudiando.
- Menos riesgo económico inicial: La inversión se distribuye en etapas, suavizando el impacto en tu bolsillo.
- Experiencia real: Llegas a la etapa profesional con experiencia laboral, lo que enriquece tu aprendizaje.
- Confirmas tu vocación: Tienes tiempo para cachar si realmente te gusta el área antes de invertir en la formación completa.
César, que pasó de técnico a ingeniero en prevención de riesgos, comenta: "Trabajé dos años como técnico antes de seguir. Llegué a la universidad conociendo equipos, normas y con contactos en la industria. Iba tres pasos adelante de mis compañeros que venían directo del colegio".
Puntos a considerar
No todo es color de rosa, hay aspectos a tener en cuenta:
- Revisa la compatibilidad: No todas las carreras técnicas están hechas para conectar con profesionales. Investiga antes de inscribirte.
- Calcula el tiempo total: A veces, la suma puede ser mayor que haber estudiado directamente la carrera profesional.
- Posibles vacíos: A veces quedan brechas entre lo técnico y lo profesional que debes nivelar por tu cuenta.
- Diferentes estilos de enseñanza: Adaptarte a distintas metodologías puede ser un desafío.
Paula, ahora ingeniera comercial, advierte: "Pasé de un instituto donde todo era práctico a una universidad donde había mucha teoría y lectura. El primer semestre tuve que ponerme las pilas en matemáticas y economía por mi cuenta".
9. Continuidad de estudios: Más allá del título profesional
El aprendizaje no acaba con un título profesional. La formación continua incluye otras opciones:
Diplomados y postítulos
Son programas cortos (4-9 meses) enfocados en habilidades específicas:
- Lo bueno: Duración corta, enfoque práctico, horarios compatibles con pega, inversión moderada.
- Ojo con: No dan grado académico, pero sí certificación valorada en el mercado.
- Áreas populares: marketing digital, gestión de proyectos, análisis de datos, recursos humanos, finanzas.
Claudia, psicóloga organizacional, eligió esta ruta: "No necesitaba un magíster completo, solo actualizar conocimientos en selección. Un diplomado de 5 meses resolvió exactamente lo que buscaba, sin tener que meterme a algo de dos años".
Magísteres
Programas de 1.5-2 años que profundizan en un área específica:
- Magíster académico: Orientado a la investigación y posible continuidad doctoral.
- Magíster profesional: Enfocado en habilidades prácticas para el mundo laboral.
Se pueden cursar en formato presencial, semi o completamente online.
Javier, ingeniero civil, explica su elección: "Me metí a un magíster en gestión de proyectos porque quería ampliar mi perfil. Estudié los fines de semana durante 18 meses y conseguí un ascenso incluso antes de terminar".
Doctorados
La cúspide de la formación académica, duran 3-5 años y se centran en investigación avanzada:
- Perfil: Personas con vocación investigadora o académica.
- Dedicación: Generalmente exigen dedicación exclusiva o alta.
- Financiamiento: Existen becas como ANID (ex-CONICYT) que cubren arancel y te dan para vivir.
Camila, doctora en biología molecular, cuenta: "El doctorado es una apuesta a largo plazo. No lo haces por la plata inmediata, sino por la posibilidad de crear conocimiento nuevo y, en mi caso, aportar a la investigación en salud".
Certificaciones profesionales
Alternativa cada vez más cotizada, especialmente en áreas técnicas:
- Características: Validan competencias específicas, tienen reconocimiento internacional, requieren renovación periódica.
- Áreas destacadas: Informática (Cisco, Microsoft, AWS), gestión de proyectos (PMP), marketing digital (Google), finanzas (CFA).
Fernando, informático, valora este camino: "En mi área, algunas certificaciones pesan tanto o más que un magíster. Mi certificación en ciberseguridad me abrió puertas incluso afuera, con mucho menos tiempo y plata invertida".
10. Dónde informarse bien (sin comer cuentos)
Tomar decisiones educativas informadas requiere investigar bien. Estos son los recursos más confiables:
Sitios oficiales del gobierno
Plataformas que ofrecen información verificada:
- Mi Futuro: Compara sueldos, empleabilidad y acreditación por carrera e institución.
- Comisión Nacional de Acreditación: Revisa qué instituciones y programas están acreditados, requisito clave para beneficios estatales.
- Beneficios Estudiantiles Mineduc: Fechas, requisitos y simuladores para becas y créditos.
- Comisión Ingresa: Todo sobre el CAE, incluyendo calculadora de cuotas futuras.
Sitios de las instituciones
Cada universidad, instituto o CFT tiene su propia info:
- Páginas web: Mira mallas curriculares, modalidades, aranceles y procesos de admisión.
- Charlas informativas: Muchas hacen sesiones presenciales o virtuales sobre programas específicos.
- Contacto directo: No subestimes el valor de llamar o escribir directamente a las oficinas de admisión con tus dudas.
Experiencias de primera mano
Los testimonios reales son oro:
- Blogs educativos: Sitios como Universitarios.cl tienen experiencias y consejos prácticos.
- Grupos en redes: Busca comunidades de estudiantes en Facebook o LinkedIn.
- Foros especializados: Páginas como Alternativa Académica o AprendoEnCasa tienen secciones sobre educación continua.
Artículos específicos como consejos para el primer semestre o estudiar después de los 30 te darán una visión más realista.
Orientación vocacional
Si todavía no sabes qué estudiar:
- Departamentos de orientación: Muchas instituciones ofrecen asesoría gratuita.
- Tests online: Aunque no son la biblia, te pueden ayudar a aclarar intereses y habilidades.
- Conversa con profesionales: Hablar con alguien que ya trabaja en lo que te interesa puede ser revelador.
Bonus: Checklist antes de continuar tus estudios
Antes de dar el gran paso y matricularte, tómate un tiempo para revisar esta lista. Te ayudará a confirmar que has considerado todos los aspectos importantes y que estás realmente preparado/a para comenzar:
✓ Sobre la institución y el programa:
- ¿La institución tiene acreditación? ¿Por cuánto tiempo?
- ¿El programa específico está acreditado?
- ¿Cuántas generaciones han salido ya de este programa?
- ¿Qué porcentaje se titula en el tiempo esperado?
✓ Sobre los aspectos prácticos:
- ¿La modalidad calza con tu realidad actual?
- ¿El horario te permite seguir con tu pega?
- ¿Puedes llegar fácil a las clases? (Si es presencial)
- ¿Tienes un computador y buena conexión? (Si es online)
✓ Sobre la plata:
- ¿Puedes postular a gratuidad, becas o créditos?
- ¿La institución ofrece descuentos o facilidades?
- ¿Tu empresa podría apoyarte económicamente?
- ¿Has considerado todos los gastos, incluidos materiales y traslados?
✓ Sobre tu preparación personal:
- ¿Has conversado con tu familia sobre este proyecto?
- ¿Has negociado flexibilidad en tu trabajo?
- ¿Tienes un plan realista para organizar tus tiempos?
- ¿Has sido honesto/a sobre tu capacidad de compromiso?
Seguir estudiando es una de las mejores inversiones que puedes hacer. Ya sea para subir en tu pega actual, cambiar de rumbo o simplemente calmar esa curiosidad, el sistema educativo chileno tiene alternativas para casi cualquier situación.
Lo importante es informarse bien, planificar con los pies en la tierra y atreverse. Como dice mi abuela, el mejor momento para plantar un árbol fue hace 20 años; el segundo mejor es ahora. ¡Éxito en la aventura!