No se trata de fumar o no marihuana, que lata. Si te gusta dale, mejor aún, invita. La personalidad del "volao -alumbrao" no se define por su consumo, se define por su necesidad de contárselo al mundo cada vez que prende su pipa o su pitito, sólo se valida a sí mismo en el reconocimiento que le da su círculo como el volao del grupo, ese es su puesto y no se lo puede quitar nadie. Llegó abril y con ello se delataron estos personajes. Si tiene Twitter, en 140 caracteres hizo uso de su ingenio para celebrar su mes favorito y puso "Abril, cogollos mil. Llegó mi mes favorito del año", una innovación total. Si le hace al Facebook, aprovechó su libertad para hacer una proclama más extensa y de seguro dedicó palabras a Pepe Mujica y expresó sus razones para que, de una buena vez, "la legalicemos en Chile". ¿Cómo viste? Es difícil reconocerlo físicamente, pues no responde aun perfil único. De seguro no le faltan los dreadlocks, ni las gafas de sol, las que usa fume o no fume. En cuanto a la vestimenta hay opciones, puede ser un rastafari que viste todos los colores del arcoiris en preciosos tejidos de lana y ojotas, como puede usar ropa muy ancha, bien "nigga", que representa al hip-hop que escucha todo el día. En cualquiera de sus opciones ama a Jamaica y hasta el supuesto olor de Bob Marley. Es usual verlo en ese espacio que cada universidad destina a la fumarola. Pastos, el patio chico, donde sea que se pueda fumar tranquilo. Se le ve con sus tambores y por qué no un instrumento mapuche, una de las cientos de reivindicaciones que suele tener el "volao-alumbrao". Es uno de los personajes típicos en cada carrete y se le reconoce por no poner nunca para la "vaquita" o no llegar nunca con su copete, porque él sólo le hace al pito y se lo cuenta a todos, obvio. "Yo voy a fumar no más, vieja". Después, en horas avanzadas del jolgorio, se le calienta el ocico y es cuando empieza a cambiar su mercancía por un vaso de piscola. Es indispensable que el "volao-alumbrao" tenga sus plantitas. El loco es amarrete al extremo y come puro pan con ketchup, pero a la hora de gastar 70 lucas de electricidad por sus hijitos no lo duda. El problema es que es uno de sus temas más recurrentes y todos debemos soportar los pormenores de sus matas. Insoportable. A pesar de que nos reímos de él muchas veces o lo caricaturizamos, el "volao-alumbrao " es un personaje que todos amamos, por razones obvias. Siempre anda con algo, tiene una manito, o sabe quien tiene una manito. Si comparten con él, difícil que les falte y eso ya lo hace un tipo adorable.
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