Sabemos que tomar la decisión de renunciar no es tan sencillo como suena. En realidad, este tema es bastante delicado, pues, así como un día fue importante dar una buena impresión en la entrevista para conseguir el puesto, también debemos saber cómo dejar un trabajo sin quedar mal, en caso de algún día volver.
Y, aunque en un primer instante pensemos en no regresar, existen casos en los cuales los trabajadores después de un tiempo terminan volviendo, lo que se le conoce como “empleado boomerang”.
Teniendo ese dato en cuenta, debemos procurar preparar nuestra salida, ya que será tomado en cuenta por la empresa para un futuro usando herramientas de RRHH. Por eso, tanto empresas como empleados deben conocer cuáles son los perímetros funcionales de una solución de RR.HH.
Cuatro pasos para preparar bien la salida de la empresa
Existen distintas razones por las cuales es importante dejar una buena impresión y tratar de quedar en buenos términos con una empresa. En primer lugar, nos brinda la posibilidad de regresar a optar por un puesto, sea el mismo u otro, dado que, al conocer nuestro trabajo, tienen por seguro nuestro rendimiento y compromiso.
Ahora bien, en caso de no querer volver a laboral en ella, también podemos valernos de las referencias laborales, de este modo los empleadores estarán dispuestos a dar una referencia positiva para optar por un empleo en otro lugar.
Además, es común establecer relaciones con colegas, proveedores o clientes, así que mantenernos en contacto puede volverse en una fuente de oportunidades.
También muestra la ética profesional que tenemos al ser maduros y responsables, lo que nos otorga respeto. Esto mismo podrá beneficiarnos en nuestra popularidad en el área de trabajo.
Primer paso: anunciar su salida de la empresa
Es esencial que el supervisor sea el primero en enterarse dentro de la compañía sobre nuestro deseo de renunciar, pues si lo llegase a descubrir por otras personas, corremos el riesgo de quedar mal como profesional.
En caso de quererlo compartir, debe ser con compañeros cercanos que sepan guardar el secreto hasta el momento de comunicarlo al jefe.
Además, lo ideal es hacerlo cara a cara, para transmitir seguridad. Si lo hacemos por algún medio digital, al menos que sea un caso extremo, resultará en la peor forma profesional y dañará nuestra imagen.
Segundo paso: completar o transferir sus tareas
Un aspecto importante para renunciar es poner atención a la manera en la que estamos entregando el puesto. Antes que nada, debemos dejar bien documentado todo lo que hemos hecho hasta la fecha. Esto será útil para el futuro empleado que tome el puesto y tenga claro el proceso.
Para ello, lo recomendable es guardar los archivos importantes en el disco duro o la nube, dejar el espacio en orden, organizar los datos en carpetas con nombres claros y recoger nuestras pertenencias con antelación, dejando solo lo necesario.
También podemos ofrecer ayuda para hacer una transición suave ayudando en la preparación de nuestro reemplazo y transfiriendo las tareas.
Tercer paso: establecer un plan de transición
Crear un plan de transición es lo que puede ayudarnos a preparar el terreno para que nuestra salida sea suave y poder alcanzar nuestros objetivos a largo plazo. Para lograrlo, debemos seguir algunos pasos.
Primeramente, antes de renunciar es importante tener claro lo que queremos alcanzar con la transición, sea buscar un nuevo empleo, porque nos mudamos a otra ciudad o país o deseamos abrir nuestro propio negocio. Si planeamos lo que haremos después, podemos medir los pros y contras.
También debemos buscar información sobre las opciones disponibles para lo que queremos lograr. Para ello, debemos hacer una lista de nuestros recursos y habilidades, para posteriormente crear un plan de acción.
Cuarto paso: implicarse hasta el final
Cuando demostramos compromiso hasta el final, es casi seguro que todos estarán satisfechos con la transición, por lo que no dañará nuestra reputación y el empleador quedará con una buena impresión. Incluso garantizamos que el nuevo empleado aprecie nuestro esfuerzo.
Por otro lado, al estar pendiente de todos los detalles, minimizamos problemas para los clientes y será más fácil el proceso de renuncia.
Lo que debemos hacer es cumplir con nuestras responsabilidades laborales o entregarlas a alguien que pueda cumplirlas, mantener una actitud positiva, brindar ayuda al equipo con nuestros conocimientos para que se sientan cómodos y ser agradecidos por la oportunidad de trabajar junto a ellos.