Sin duda, los televisores se han convertido en la regla de todos los hogares y es común que las personas tengan un aparato por varios años y no los renueven a menos que sea absolutamente necesario. Sin embargo, la tecnología de las pantallas está siempre avanzando y los modelos antiguos se van quedando obsoletos rápidamente. Si tu TV tiene ya un buen tiempo en tu hogar y no sabes si es momento de cambiarla, te decimos a continuación los 4 signos más impactantes que dicen sí a un nuevo Smart TV.
1. Baja resolución
La resolución en las pantallas se refiere a la cantidad de píxeles que son o pueden ser mostrados. Por lo tanto cuando se dice que una película se ve en 1080 se refiere a que tiene 1920 x 1080 píxeles, y una mayor cantidad de pixeles se traduce en una imagen más nítida.
La calidad de imagen en los televisores avanza muy rápidamente, y formatos como el 4K en un tiempo cercano serán superados por el 8K; y esto es muy bueno para ver películas en alta calidad, pero tiene especial importancia a la hora de experimentar videojuegos, donde se pueden apreciar cada detalle de la animación, dando mayor realismo a la experiencia. Si tu televisor no puede reproducir los archivos con resoluciones más altas, te perderás gran parte de la calidad de imagen y no tendrás la gran experiencia visual de tu vida.
2. Las aplicaciones ya no corren
Cada cierto tiempo, las aplicaciones van mejorando y dejan de funcionar en aparatos que se van quedando obsoletos. La mayoría de los televisores de la década pasada ya no pueden reproducir Netflix desde el 2019, y aunque eso se puede solucionar con un Chromecast, una mejor experiencia es que el televisor se conecte directamente a las aplicaciones.
Tener una TV por una década es totalmente factible, mucha gente no cambia el televisor tan seguido, pero en estos tiempos la tecnología avanza rápido y con un televisor moderno se puede acceder a mucho más contenido y a cosas novedosas. Los televisores hoy en día permiten ver videos en YouTube, escuchar música, navegar por internet, y acceder a un montón de plataformas de streaming, entre otras cosas. Sin duda, te puedes perder de bastante entretención si no tienes un aparato que pueda ejecutar todas estas apps.
3. Hay tecnología más avanzada y mejor
La tecnología de panel de los televisores va cambiando cada cierto tiempo. Los plasmas, por ejemplo, ya están obsoletos. Ahora es el momento de los LCD, que ya incluso está algo de salida, dando paso a las pantallas LED, OLED, QLED, Nanocell, entre otras.
Estas nuevas tecnologías permiten contrastes de colores más intensos e imágenes más nítidas; al fin y al cabo, se ven mucho mejor y verás la diferencia cuando las compares con tu televisor actual. Los modelos LCD modernos tienen retro iluminación LED, esto logra mejores contrastes de colores y de luz; mientras que los televisores OLED tienen la capacidad de apagar y encender los píxeles individualmente, lo que logra negros más puros y realistas; por lo que los contrastes son aún más intensos. Si buscas una nueva experiencia televisiva, una de estas opciones te conviene, pues estarán en lo más alto por unos años más.
4. El tamaño se ha quedado pequeño
A medida que aumenta la resolución de los televisores y la tecnología sigue avanzando, el tamaño de los aparatos va cobrando cada vez más importancia. En los modelos más pequeños se pueden perder los detalles de la alta resolución y las bondades de los formatos modernos no se aprecian bien. Por eso, muchos recomiendan tener un televisor de unas 55 pulgadas; de hecho, los modelos OLED no vienen en un tamaño más pequeño por el momento.
Eso sí, es importante saber que se debe tener una distancia mínima de la pantalla para que se pueda apreciar la calidad de la imagen, pues mientras más cerca, se distorsiona; se dice que uno 2.8 metros para un modelo de 55 es perfecto. Si se cumplen estas recomendaciones, la experiencia de utilizar tu televisor mejorará con creces y se notará la diferencia versus un modelo más antiguo.
Indudablemente, los televisores se han vuelto aparatos fundamentales para nuestro hogar, nos permiten pasar tiempo como familia viendo películas y series, nos dan información y certeza en estos tiempos inciertos. Además, nos permiten jugar videojuegos para escapar de la realidad un rato. Por eso, comprar una nueva Smart TV que te permita usar la última tecnología puede ser una buena inversión, en especial porque te acompañará por varios años más.