Esta es la historia de soportes.bike, contada por su creador, el emprendedor Juan Erazo.
Mi nombre es Juan Erazo, tengo 56 años y la historia de mi emprendimiento podría decirse que comenzó cuando me despidieron de mi trabajo. Es difícil ese momento cuando te dicen a tus 56 años que estás despedido de la empresa a la que trabajaste más de 30 años, es como si se te viniera el mundo encima, pues apenas con 8vo básico en un mundo tan competitivo solo piensas que no hay alternativa, peor aún, como trabajaba hace tantos años no adquirí seguro de cesantía, esto dado que mi contrato era antiguo y no me hacían descuento para esto. Ustedes podrán imaginarse lo complejo que es ser cesante y no tener donde recibir dinero.
A medida que pasaban los meses comenzaba el miedo constante a una demanda por no pago de deudas, un embargo o más simple aun, no tener para comer, aunque si bien mi esposa y mis hijos trabajaban, estaban estudiando y gran parte de su sueldo se iba para pagar sus estudios. Es precisamente en este contexto en que llega la pandemia y como si fuera poco yo estaba sin trabajo.
Un día mi hijo me pide si le podría hacer un soporte de bicicleta, porque estaban demasiado caros y justo había quedado cesante por la pandemia, yo sin saber cómo hacerlo rompo una mesa de centro que no usaba, pero no funcionó la idea. A medida que pasaban los días seguía pidiéndome una, por lo que me metí a YouTube para ver cómo se podía hacer una, pero aun así no nos funcionaba y las que aparecían no me dejaban satisfecho, por lo que comencé a pensar una idea, hasta que resulto y mi hijo pudo pedalear en su pieza, ya en periodo de pandemia.
Es hasta que un día mi hijo me dice que subió su soporte de bicicleta a Instagram y sus amigos comenzaron a decirle si le podía hacer uno, en ese momento no pensaba dedicarme a hacerlo, pues no tenía ni herramientas ni madera para hacer, pero mi hijo me seguía diciendo que sus amigos le querían comprar, por lo que con el poco dinero que tenía compre un par de maderas comencé a hacer. Al principio no quedaban tan perfectos, además que mucha madera con serrucho era harto trabajo, pero les gusto y ellos mismos empezaron a decirle a más amigos.
Hubo un momento en que no sé cómo había gente pidiendo que les hiciera un soporte, por lo que empecé a comprar más madera y arriesgándonos a tener una multa íbamos a repartir a las casas, pero luego de esto comenzamos a darnos cuenta de que no funcionaba en todas las bicicletas, generando una desmotivación importante y no quería seguir vendiendo, además la espalda y las manos dolían harto tanto usar el serrucho. Fue difícil este momento porque la gente nos decía que no le quedaba bien el soporte, por lo que había que volver a hacer otro y eso generaba más gasto de plata y bencina.
Esas primeras semanas estaba todo el día pensando cómo hacerlo para que no nos devuelvan, así que empecé a pensar las medidas correctas y luego de varios ensayos, malos ratos y las manos con “ampollas” producto del serrucho comencé a crear un soporte que pudiera servir a casi todas las bicicletas, solo variando centímetros entre cada modelo.
Luego al ver que tenía varios pedidos decidí invertir lo ganado en un serrucho de mesa, para hacerlo más rápido y no terminar con dolor de espalda. Ya hasta ese momento teníamos alrededor de 10 o 15 pedidos a la semana y gracias a los consejos de la misma gente hicimos una página en Instagram llamada SOPORTES.BIKE y los mismos clientes comenzaron a compartir nuestra página y soportes. Yo no sé nada de redes sociales, pero mis hijos me decían que le estaba yendo bien y cada día tenían más pedidos. Yo aun no confiaba tanto, tenía mis dudas e inseguridades, pero al ver que la gente estaba comprando poco a poco comencé a tomar confianza.
Ya no era yo el que hacía repartos, sino mis hijos, yo me quedaba haciendo los soportes en la casa y mi viejo balcón pasó a ser un taller, yo hacía los soportes y mis hijos los repartían. Luego de varias semanas agregamos un rodillo, pues al principio solo era el soporte de madera. De la noche a la mañana pasamos de repartir 15 pedidos a la semana, a alrededor de 30 o 40, aun arriesgándonos diariamente a las multas y a un posible contagio tras recorrer casa a casa, pero la gente nos seguía pidiendo y esto me ayudó a ir pagando poco a poco las deudas, por lo que lo asumí como un trabajo que si se hace de buena manera nos puede ayudar a pasar un poco mejor la pandemia.
En la actualidad mis hijos manejan las redes sociales y tenemos cerca de 30 pedidos diarios, y vienen muchas personas diariamente a nuestra casa con sus bicicletas para comprar un rodillo, incluso nos piden de muchas regiones, pero por el momento no hemos podido hacer envíos, pues nuestro modelo se debe ajustar y personalizar según cada bicicleta. También a medida que vamos entregando nacen nuevas ideas, ahora no solo vendemos soportes y rodillos, sino también un soporte para colgar la bicicleta a la muralla. Esto lo hago de manera tranquila, pues los rodillos se están vendiendo pues estamos en pandemia y la gente quiere pedalear, por lo que posiblemente vaya construyendo nuevas cosas con madera a medida que nos sigan apoyando y sobre todo confiando en nosotros y así fue como empezó soportes.bike.