Expectativas, esa es la palabra con que acepté el ofrecimiento de un compañero para entrar de practicante al canal TVN sin saber qué me esperaba.
Mientras cursaba el último año de Comunicación Audiovisual, me tocó la ardua tarea de “conseguirme una práctica profesional en un canal de televisión”, problema no menor porque uno no sabe en dónde puede hacer eso, a quién pedirle ese “favorcillo”, qué persona en el mundo quisiera tener en su oficina a alguien que no sabe nada, sólo conceptos y algunas someras ideas sobre lo que está estudiando. Para rematar el tema, mi generación fue la primera en acceder a la mención de guión, que por ese entonces era privilegio de algunos escritores autodidactas y no era algo que se estudiara de manera masiva en el país. Otra cosa en contra.
Así pues, acepté una práctica en el canal de todos los chilenos en un departamento que no sabía ni que existía. Tuve la excitante tarea de entrar a la denominada Ingesta, que ni siquiera fue de alcohol, sino que mas bien consistía en grabar o respaldar mejor dicho, cada treinta minutos el material que se estaba transmitiendo. Mi instrucción duró 25 minutos y por un momento pensé que me quedaría encerrado en aquella habitación de 3x3, con un computador y con el aire acondicionado al mil por ciento para enfriar los equipos y las neuronas.
También es cierto, y lo pensé mientras estaba ahí, que no estaba en una oficina sirviendo cafés, sacando fotocopias, revisando planillas Excel para encontrar a Wally ni ingresar facturas al sistema computacional. Y eso me hizo feliz por un momento, sin embargo fui el indicado para escuchar a compañeros dándome instrucciones para no acercarme a ni al individuo X (muy cizañero) o la chica Y, que al parecer, estaba contratada como espía para conocer al equipo de trabajo. Fantasías animadas de ayer y hoy; en lo concreto intenté conocer las dependencias del lugar, a muchas personas valiosas que llevan muchos años trabajando sin descanso y a concretar de la mejor manera posible mi práctica profesional en un canal de televisión.
Luego de mi estadía en Ingesta, pude derivar a “Logger”, lo más cercano que estuve a un guionista o libretista, en donde tuve que estar las 8 horas de trabajo frente a un computador transcribiendo lo que pasaba en la pantalla. Para más remate era un programa estilo Reality por tanto lo que más había eran diálogos. O sea cientos de palabras por minuto para no perderse de ningún detalle de sus fascinantes vidas.
Después de algunas semanas me asignaron una segunda tarea, que se hacía casi a la misma hora en que iba el programa, en donde debía correr con los tapes grabados y editados a lugar de transmisión para que los largaran en directo. Siempre estábamos contra la hora y había que correr por las escaleras, pasillos y entre personas que no tenían la misma urgencia que uno. Fue en ese oficio en donde tuve mi primer "accidente laboral": al ir corriendo con furia me doblé el tobillo y como debía llegar a como diese lugar, tuve que irme cojeando (casi que saltando en un pie) para llegar al destino y que la nota saliese al aire. Lo logré, llegue a tiempo y mi pie sufrió un esguince, todo para que el show pudiese continuar.
Debo aclarar que no todo fue negativo en mi práctica profesional en un canal de televisión, conocí grandes equipos y mejores personas, pude ver a la gente que aparece delante de cámaras y verlos comportarse como humanos corrientes, también comprendí que la gente se la juega por su equipo porque nadie tiene el trabajo asegurado para el próximo proyecto y que su trabajo depende de cuántas personas vean sus programas (en medición de rating, claramente) y eso condiciona a la mas marcas para financiar( o no) un proyecto. Es algo conocido, pero estar ahí es muy distinto.
Como último párrafo me gustaría dejar la inquietud, como ex practicante, para el sistema educativo con respecto a cómo insertar a sus alumnos en el mundo laboral. Tal vez estudiar tantos años (a la teoría me refiero), podría usarse parte de ese tiempo a cumplir con verdaderas prácticas profesionales en puestos específicos, probar varios lugares dentro de una institución y cumplir con un tiempo adecuado (un año por lo menos) de trabajo efectivo que sea un aporte para el alumno. Además que cada departamento en donde se desempeñe el joven haga una calificación que permita descubrir además, las mejores herramientas con que cuenta el prospecto de profesional. Tal vez suene utópico, sin embargo ese alumno tal vez quede en un puesto que realmente maneje y que le produzca satisfacción a futuro. ¿No es eso lo que todos buscamos?