Existen profesiones más demandantes que otras. Algunas implican una carga de trabajo enorme, otras demandan más tiempo que esfuerzo. Cuando estas condiciones superan las capacidades físicas o emocionales de una persona, es cuando comienzan a detectarse problemas en el desempeño de ese trabajo.
Una investigación del Programa de Magíster en Educación de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) entregó información valiosa sobre el tema. El estudio, que se aplicó a 112 profesores de la Región Metropolitana, concluyó que los profesores jóvenes son los más propensos a sufrir agotamiento emocional.
Según la investigación, titulada “Niveles de Burnout y existencia de relaciones entre estos y sus dimensiones, con las variables de identificación de los docentes de 4 colegios de la Región Metropolitana”, los docentes de entre 23 y 30 años concentran altos niveles de agotamiento emocional (un 46,2 por ciento de los casos estudiados).
“Existe una diversidad conceptual con respecto al síndrome de Burnout, llamado también síndrome de desgaste profesional o fatiga crónica y en algunos países europeos se diagnostica como una enfermedad laboral”, afirmó para el sitio de Radio Bio Bio el autor a cargo del estudio Rodrigo de la Fuente Mundaca, en el marco de su tesis de grado de Magíster en Educación.
Este trastorno suele producirse en carreras con una fuerte carga vocacional, como la salud y la educación, y resulta preocupante porque puede traer consecuencias físicas y psicológicas. Por tanto, el investigador pone énfasis en estar atentos a las señales y mantener una relación sana con el trabajo, ¡recuerda que la salud es lo primero!