En la universidad hay laboratorios de química, anatomía, biología, física, etc., y si estás estudiando una carrera de ciencias estarás obligado a pasar al menos un semestre de ella dentro de estos lugares, que pueden hacerte sentir muy feliz por las cosas entretenidas que tendrás que hacer y a la vez hacerte pasar momentos atroces por lo dedicado, meticuloso y estudioso que debes ser para que no te echen.
Si te decidiste por una carrera científica, revisa las 12 cosas que pasan cuando tienes laboratorio:
1. Te sientes un súper científico
Aunque te estén enseñando a hacer diluciones, mediciones de Ph u otra cosa básica, tú te sientes Marie Curie o Louis Pasteur con tu delantal blanco y tus guantes.
2. Quedas horrorizado cuando los profes te explican los peligros que corres
Los químicos te pueden intoxicar, quemar, marear o causar vómitos; puedes quemarte las manos con el mechero o incendiar el laboratorio completo, hay muchísimas sustancias inflamables, hay preparados de bacterias asesinas como las que causan tuberculosis o meningitis y la lista sigue de forma infinita.
3. No faltan las bromas con el lavaojos
A pesar de que el lavaojos brinda un servicio muy noble, que es como su nombre lo dice "lavar ojos" en caso de que alguien sufra la introducción de un químico en ellos, las bromas no faltan por la forma chistosa que tiene. Más de algún compañero lo habrá accionado por accidente o también ha sido objeto de burlas si el profe lo usó de ejemplo para explicar su uso.
4. Te da terror que tu compañero de trabajo se mande alguna embarrada
Cuando trabajas en equipo, toda la responsabilidad es compartida, por eso, si tienes un compañero descuidado estás histérico porque no rompa algo, derrame algún químico, quiebre los lentes del microscopio, etc.
5. Te mueres de calor
Por seguridad, aunque haya 45°C, debes estar con pantalones gruesos y un delantal apropiado para que tu piel no se exponga a las sustancias peligrosas.
6. Más de alguna vez has tenido que correr para que te presten un delantal
A muchas personas se les queda el delantal en el casillero o en la casa y se dan cuenta 1 minuto antes de entrar al laboratorio, por lo que tienen que correr la maratón de sus vidas para que alguien de otro curso se lo preste, o rezar para que las tías del aseo tengan alguno que se haya perdido.
7. Cuando tienes prueba práctica tu cerebro explota
Cuando estás con el profesor, tus experimentos salen perfectos, pero cuando sabes que son con nota mágicamente se te olvidan los tiempos, fórmulas, protocolos y todo lo que necesitas para que te vaya bien.
8. El microscopio es tu peor enemigo
Si no tienes un puesto fijo con un microscopio regalón, lograr enfocar puede ser toda una odisea.
9. Si te atrasas no entras
No importa cuántas lágrimas puedas sacar para el profe, si llegaste tarde perdiste porque las sesiones son muy estrictas.
10. Eres torturado por el formaldehído
Este químico no puede faltar en los laboratorios y apenas lo destapan, aunque estés protegido, se te irritan las mucosas oculares y las de la nariz. Algunas personas incluso tienen dolores de cabeza y vómito, pero tienes que aguantar y seguir adelante porque a ningún profe le gustan los alaracos.
11. A fin de semestre darías lo que fuera por no tener que ir
Las formalidades que debes cumplir, las precauciones que debes tomar y las grandes guías que debes leer hacen que los laboratorios sean lo más tedioso de la carrera, y esto se siente con más intensidad a fin de semestre porque absorben mucho de tu tiempo.
12. Volverías a hacerlos todos de nuevo
Aunque los laboratorios sean demandantes, las cosas que aprendes son mágicas y solo pueden ocurrir ahí, por eso, si pudieras, volverías a hacerlas una y otra vez.
Definitivamente, con sus altos y bajos, los laboratorios son algo que todo estudiante de ciencias ama profundamente.