Todos los fines de año tu universidad abre cupos para que puedas trabajar en el proceso de admisión del nuevo período de clases, este empleo tiene muchísimos beneficios porque te brinda condiciones ideales para desempeñar tus labores, te dan vales para comer y estás en un ambiente muy amigable. Si ya has trabajado en admisión definitivamente te sentirás identificado con los siguientes puntos, y si estás por trabajar en ella podrás tener un pequeño panorama de las cosas que sí o sí te van a pasar.
1. Creen que eres asistente social
Es típico que los nuevos estudiantes pienses que todo el proceso de admisión lo hace una sola persona, por eso apenas llegan empiezan a decirte que ellos merecen las becas por diferentes razones y te da lata interrumpirlos para que no se sientan mal, por eso tienes que escucharlos hasta que puedas explicarles que las asistentes sociales están en otro lado y ellas se encargan de las becas.
2. Hay personas completamente desinformadas sobre los puntajes PSU
En ocasiones llegan personas con 400 puntos y te dicen "¿con esto podré estudiar medicina?" y tienes que decirles con mucha lata que lamentablemente no se puede.
3. Comes gratis
Lo mejor del trabajo es que tu sueldo no se pierde en la comida porque te dan vales de desayuno o almuerzo según el horario que te toque, lo que rara vez ocurre cuando te contratan otras empresas.
4. Formas un grupo nuevo de amigos
Pasas tanto tiempo con tus vecinos de cubículo o puesto de trabajo, que terminan siendo super amigos. Lo mejor de todo es que son de diferentes carreras y tienen muchas cosas para conversar.
5. Probablemente tienes tu primer sueldo formal
Si no tuviste un trabajo serio antes seguramente te pagaban sin que dieras boletas o algo por el estilo, por eso el trabajo en admisión te brinda tu primer sueldo formal ya que está totalmente regulado.
6. Aprendes a verte bien con la ropa de la universidad
La ropa de la admisión es una polera horrible y eventualmente un polerón del mismo color, pero como es un trabajo serio y tienes que atender a los futuros universitarios y sus familias, no te queda otra opción que tratar de verte lo mejor posible.
7. A veces tienes que tomar el rol de orientador vocacional
En ocasiones hay personas que llegan a matricularse, pero ni siquiera están seguros de la carrera que quieren, por eso tu tratas de orientarlos de la mejor forma posible pero siempre recalcando que no deben tomar la decisión de forma apresurada.
8. Te sientes más importante
Aunque trabajes tres o cuatro días, el solo hecho de ser un trabajador estable te hace sentir que eres más responsable y mereces respeto de tus papás.
9. Tienes que sobrevivir a las tediosas capacitaciones
Las capacitaciones son una lata, pareciera que tus instructores olvidan que llevas uno o dos años de carrera y que has tenido que estudiar cosas mucho peores que ingresar una persona en el sistema de la universidad, tienes que estar mucho rato asegurando a tus supervisores que aprendiste.
10. Matriculas a tus amigos
Aunque sea meramente un trámite, cuando matriculas a tus amigos te demoras un poquito más para conversar un rato o simplemente para descansar mientras ambos fingen que están discutiendo sobre el tema del contrato u otra cosa.
11. Tienes muchas ventanas de tiempo
Hay horarios colapsados con personas y otras donde simplemente no sabes que hacer, porque no puedes sacar tu celular para jugar ni nada por estilo porque el supervisor te reta.
12. Tienes que pelear por las fotocopiadoras
Tener que compartir la fotocopiadora es un calvario porque cada documento que se firme tiene que ser duplicado o triplicado, lo peor es que hay compañeros que odian esperar su turno y son capaces de interrumpir tu trabajo para terminar el suyo.
Con sus cosas buenas y malas, estar en admisión es en realidad uno de los mejores trabajos de verano que podrías tener, por eso no puedes perderte las postulaciones ya que lo más probable es que te seleccionen.