Bill Gates, Mark Zuckerberg, Ted Turner, Steve Jobs. Todos estos famosos magnates tienen algo en común, además de una descomunal cantidad de ceros en su cuenta corriente: ninguno de ellos terminó la universidad. Por supuesto que tuvieron que esforzarse para llegar a convertirse en lo que son, pero son una clara demostración de que la carrera universitaria no es la única que se puede correr en la vida. Si tu sueño universitario fue truncado, hay distintas opciones, tanto para revivirlo como para vivirlo de otra forma.
En el caso de aquellos que han sido expulsados de su carrera por bajo rendimiento ("El próximo semestre estudio de verdad" es su lema), siempre existe la posibilidad de continuar los estudios. Dependiendo de los estatutos de la universidad y la carrera, puede presentarse una apelación, cuya aceptación debería constituir el impulso definitivo para estudiar cada día con más ahínco.
Si no es así (por ejemplo, porque la expulsión se debió a alguna causal que no admita apelación como una disciplinaria o de una naturaleza similar), un cambio interno a una carrera del mismo campo puede constituir una alternativa más que saludable, sin mencionar que la convalidación o reconocimiento de ramos podría hacer aún más corta tu estadía en la segunda carrera.
Otra ruta disponible en esta situación es girar hacia la educación técnica: el mercado laboral actual presenta una escasez de trabajadores con esta clase de formación, lo cual ha incrementado los sueldos a los cuales pueden acceder. De esta manera, el estigma de haber fracasado en la universidad o de ni siquiera haber tenido las calificaciones o puntajes como para ingresar a ella (presunciones normalmente hechas por la gente respecto de las personas con formación técnica) va desapareciendo, sobre porque esta clase de educación tiene la gran ventaja de permitir a sus alumnos completar una carrera en el menor tiempo posible y comenzar a generar ingresos rápidamente. Además, numerosos centros de formación técnica ofrecen la posibilidad de continuar los estudios después de obtenido el título técnico hasta lograr un título universitario, sea en la misma institución o en alguna universidad asociada. Esto presenta innumerables beneficios, como la posibilidad de trabajar durante unos años y volver sin problemas a estudiar, evitar trámites infructuosos para convalidar asignaturas ya aprobadas o, incluso, ciertas exenciones financieras.
Si las posibilidades académicas no quedan a tu alcance, lo primero que hay que hacer es tomar la situación con calma. Siempre hay que recordar que un título universitario es un medio para lograr el éxito, no el fin. Obtenerlo no le asegura el éxito a nadie; de la misma manera, carecer de él no quiere decir que no puedas alcanzar tus metas. Mantén siempre presente que la educación no se obtiene solamente en las aulas y que hoy es cada vez más fácil instruirte en los temas que quieras ingresando a foros, canales de YouTube y catálogos de cursos online, que pueden entregarte todas las herramientas necesarias para comenzar tu propio negocio, construir un currículum atractivo para los empleadores o ser capaz de generar contenido interesante para la comunidad de internet.
Estimaciones de expertos cifran en más de 30.000 a los alumnos que son expulsados de la universidad en España cada año, así que no se trata de algo particularmente infrecuente. No terminar una carrera es una posibilidad cierta cuando se inicia, pero lo que no es cierto es que sea el fin de tus aspiraciones en la vida adulta. Por el contrario, para los magnates que mencionamos al principio, dejar la universidad no fue sino el principio de algo maravilloso.