La universidad puede resultar amenazante para cualquiera, ramos exigentes, profesores poco comprensivos y una gran fauna de nuevos compañeros. Trabajar por 35 o 40 años en lo mismo, requiere que lo disfrutes como mínimo, es también bueno recordar la frase "elige un trabajo que te gusta y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida".
Si fallas en varios ramos o uno en particular, es importante analizar si es o son ramos complicados o de plano te desagradan, en teoría todas las asignaturas son necesarias para ser un profesional competente e integral, si muchos de ellos no son lo tuyo, deberías reevaluar si la carrera que escogiste, es realmente el trabajo en el cual te proyectas. Si te metiste a una carrera en particular por el dinero, muy probablemente estés perdiendo el tiempo, pues a corto o largo plazo descubrirás que no vale la pena sacrificarse tanto por algo que no te llena.
Fallar es humano y con los estudios no es novedad, somos personas tan complejas, de gustos y hobbies diferentes, es fácil confundirse o simplemente aún no saber a qué quieres dedicar tu vida y eso está bien, no te compares con el resto de la gente, no tiene sentido y solo conseguirás sentirte peor. Si descubres que la carrera que estudias no es tu verdadera vocación, ya estás en el primer paso para empezar una nueva aventura. Aprovecha de aprender más de ti y recuerda tus sueños de infancia, quizás en ellos logres encontrar un vestigio de lo que quieres para tu vida.
Decepcionar a tus padres y el dinero invertido, son una preocupación enorme y no es para menos, ellos al igual que tú, lo único que desean es verte independiente y feliz, y es precisamente por eso que debes encontrar tu camino y errar en tu elección de estudios no es el fin del mundo tampoco. Darte cuenta de esto, te permitirá ver las cosas desde otro punto de vista, ya que si bien estar triste y decepcionado de uno mismo es normal, debes seguir adelante y mostrarte resiliente, de esta forma tu familia también podrá constatar lo interesado/a que estés por seguir estudiando.
Habla con tus amigos, con la gente que te conoce, conversa con ellos y háblales de tus preocupaciones, no te quedes con todo adentro ya que solo lograrás enfermarte de los nervios, lo principal es ser sincero contigo mismo, eres a ti a quién debes hacer feliz y tus sueños no merecen ser dejados de lado. No pienses a la rápida o buscando soluciones baratas, aférrate a tu propia convicción de salir adelante. Te deseo toda la suerte en tu nuevo viaje, que encuentres tu manera de aportar a este mundo.