Si estás en una edad joven, entre los 16 y los 22 años, entonces posiblemente estarás pensando qué hacer con tu vida. Cuando nos hacemos esta pregunta, puede surgir la idea de crear una empresa en algún momento de nuestras vidas. Si bien hay mucha gente que cree que puede comenzar un emprendimiento sin ningún tipo de estudio, en lo personal no lo recomiendo. Incluso Steve Jobs asistió a la universidad de oyente para aprender y de ahí creó el imperio de Apple.
Una de las razones por las cuales se hace necesario estudiar algo (no necesariamente en la universidad), es que te da un respaldo. Si piensas emprender, necesitarás fondos y tendrás que saber vender tu idea para conseguir esos fondos y, a no ser que tu familia sea millonaria y te pase los fondos necesarios, hay ciertas cosas que debes manejar para poder hacerlo. Además, los inversionistas miran mucho mejor a alguien que tiene estudios. ¿Sabes lo que es un pitch? ¿Sabes algo de modelos de negocios? ¿Sabes cómo cautivar a la audiencia, que en este caso será un inversionista, para que te tome en cuenta? Son muchas interrogantes, que si bien puedes adquirir haciendo ensayo y error, te tomaría mucho tiempo. En las Universidades e institutos ofrecen cursos de marketing, cursos de economía, cursos de cualquier cosa que necesites para poder desarrollar los proyectos que tengas en mente. Incluso no es necesario que estés matriculado para asistir de oyente a las clases; a los profesores poco les importa quién asiste a sus clases.
Otra razón de peso para estudiar antes de emprender es que puedes obtener información de primera fuente. Dentro de las ues e institutos encontrarás muchas personas que ya han emprendido y que estarán encantados de ayudarte y de resolver tus dudas. Incluso si no sabes nada de nada, puedes coordinar reuniones con ellos y aprender desde la fuente. Es una de las cosas más provechosas que puedes encontrar dentro de las universidades; incluso hay muchos profesores que te pueden ayudar en ese ámbito.
Además de las razones ya mencionadas, en algunas universidades ofrecen ramos de emprendimiento que puedes tomar. Ahí te enseñan a hacer presentaciones efectivas (saber usar Power Point no es suficiente para que las presentaciones sean efectivas; miro los ppt que presentaba en mi época de liceo y son realmente un desastre), a comunicarte, a darte a entender, y por sobre todo, a vender tu idea. Finalmente, emprender se trata de vender una idea. Crear una empresa de cualquier cosa se trata de vender una idea.
Muy por el contrario de lo que se piensa en la sociedad chilena, en el mundo del emprendimiento las ideas son solo eso; ideas, y no tiene nada de malo compartir las ideas. De hecho, compartir ideas es una fuente de generación de conocimiento. Este tipo de cosas son las que te enseñarán en cursos de emprendimiento. Generalmente se tiene esa acepción de que si el otro conoce tu idea o plan de negocios, entonces te la va a robar y se hará millonario y tú quedarás ahí con tu idea. Esta acepción en el sigo XXI es muy retrógrada. Actualmente la generación de contenido, de ideas, de textos, etc. avanza de manera vertiginosa, y en este mundo si quieres ser versátil, debes compartir ideas para saber qué pasa en el mundo. Debes ser capaz de adaptarte siempre a lo que el mundo quiere.
Finalmente, una razón de mucho peso para estudiar es que, si no resulta tu emprendimiento, tienes al menos una base a la que sostenerte. Por norma general, las personas deben arriesgarse a emprender al menos 2 veces para que les resulte un negocio. Son el fruto de muchas cosas que debes saber manejar, de situaciones y de personas externas a ti que tienes que aprender a prever y a manejar de una manera que te lleve al éxito.
Así que la respuesta a esa interrogante es que sí, es una muy buena idea estudiar antes de emprender, o mientras emprendes. Si bien puedes lanzarte a la vida y ver cómo te va, en cuyo caso te deseo todo el éxito del mundo.