A través de una carta publicada hoy en El Mercurio, Educación 2020 se refirió a la posibilidad de que existan universidades privadas con fines de lucro, con la condición de que éstas no acceden al financiamiento público.
En la misiva, la fundación señala que “si bien el mercado con fines de lucro puede ser un mecanismo eficiente en diversos sectores de la economía, no lo es en educación”. Esto, porque “la cantidad de incentivos perversos y conductas predatorias respecto de usuarios de bajos recursos y desinformados es imposible de controlar”.
Lo anterior, aseguran, no es una “afirmación ideológica” sino un diagnóstico basado en la experiencia de países como Estados Unidos, con niveles de inequidad similares al de Chile.
Así, explican por ejemplo que “más de la mitad de los estudiantes que se enrolaron en este tipo de instituciones en 2008-2009 desertaron en una mediana de cuatro meses, quedando endeudados”. Al mismo tiempo, advierten que estas universidades “emplean más del doble de su personal en reclutadores que en servicios internos para el proceso docente” y “gastan el 22,7% de sus ingresos en marketing”.
“Esta verdadera ‘máquina de esquilmar estudiantes’ ha demostrado, eso sí, ser altamente eficiente y rentable para sus dueños. Su margen de ganancias es 19,7% de sus ‘ventas’, y el sueldo promedio anual de sus directivos es de 7,3 millones de dólares”, añaden.
Por esta razón, la fundación afirma que “Chile por ningún motivo debe volver atrás en esta materia. Ya estamos en una situación en que están ingresando a las aulas superiores un 44% de jóvenes con incomprensión lectora total, y egresando en condiciones no muy diferentes. Esta es en sí misma una conducta predatoria de muchas instituciones, que sólo empeorará si el lucro se hace legal”.
La carta está firmada por Mirenxtu Anaya, presidente Ejecutiva de Educación 2020; y Mario Waissbluth, académico y miembro del directorio.