Cuando supe que había quedado seleccionado en la Universidad de Chile, rodeado de ojos curiosos de familiares con sus preguntas odiosas de “¿cómo te fue?”, esbocé una sonrisa. De felicidad supongo. Y es que para uno como estudiante de colegio de provincia quedar en la Casa de Bello es todo un logro, aunque uno ni siquiera supiera lo que eso implicaría. Hoy, luego de haber dejado atrás trece largos años de estar en ella – entre pregrado y postgrado de Medicina – quiero dejar mi legado escribiendo aquellas cosas que todos hemos vivido en los días como universitario de “la mejor Universidad del País”, como tanto les gusta decir desde nuestras llegadas como mechón hasta el momento de egresar. Lo he resumido en el amor y odio, siete de cada uno, y que hace recordar la tradicional obra de teatro Quiebrespejos y Otros Sueños, por sus siete años de mala suerte, y que recomiendo a todos poder verla. Así que paso a enumerarles, queridos compañeros de la U:
La AMO:
- Porque “es una verdadera Universidad”: Siendo mechón, y con todos los nervios de punta encerrado en una sala, escuché esta frase por primera vez en voz del encargado de Escuela. Con los años me daría cuenta que es cierto y que te hacías compañero del guatón , el chico, el extraño, la extravagante, la combativa y la alienígena. Es decir, un lugar donde conviven todos los tipos de pensamientos, de seres humanos y de personajes sacados de una enciclopedia de Tolkien.
- Porque uno transita en parte de la historia del país: En mi caso , en la Facultad de Medicina, pasearse por los museos de Anatomía, los murales, los laboratorios y los mesones del Servicio Médico Legal, pasar por facultades como la Casa Central y la Facultad de Ingeniería, no hacen más que toparse a cada momento con rincones que han sido patrimonio de la historia de nuestro Chile. Para mí, fue como estar en los libros de historia del colegio.
- Porque no hay mejor academia: Sus profes, algunos malignos y otros muy buena onda, comparten todos un solo mérito: Tengo los mejores profes de Chile. Con sentido de verdadera academia, y que investigan, enseñan y reflexionan. El flojo es uno que no les saca provecho. Como aquella mítica vez que faltamos 250 a una prueba, y el único que se presentó, nos provocó a todos un uno. Academia pura.
- Por su vida universitaria (aka carretes): Jamás olvidaré la caña de la fiesta mechona, la premechona, la prepremechona, la toxifonda, la fonda minera, las salidas a las plazas y parques interiores, la participación en centros de alumnos, completadas, medio médico y otras perdiciones con amigos y amigas, compañeros de carrera y de otras, en que no todo es estudiar. Lejos la vida universitaria de la U de Chile es un fiel reflejo de que no basta con leer. Saludos a la gloriosa Cartagua y sus mártires que deben estar aún enterrados en la arena, luego de haber probado como todo universitario esos copetes asquerosos.
- Porque es Universidad Pública del Estado y la primera con gratuidad: Yo me siento orgulloso de ver que siempre los precedentes, las noticias del país, se establecen a través de nuestra Universidad. Destacando en lo social y en los avances para combatir las inequidades de Chile , aunque ahora nuevas universidades estatales están avanzando en esa dirección.
- Por su estilo desorganizado hippie al lote: Amo cuando nunca supe qué nota final tuve, ni cuál era la sala, o cuando los profes nunca llegaron, o se caía la plataforma, o los apuntes había que sacarlos mil veces, o que se cambiara una u otra cosa. Me hizo aprender de forma increíble acerca de la improvisación en la vida.
- Por sus símbolos y tradiciones: Quién no se entusiasmó con su primer escudo de la universidad, sus chapitas, su bolso colgado con orgullo al hombro, hablar de su “alma mater”, tomarse una foto con Andrés Bello encapuchado, y tantas otras tradiciones propias de cada facultad o carrera que hacen que, independiente de toda la lista que ahora sigue, me hacen seguir siendo el más férreo defensor de mi Universidad.
La ODIO:
- Porque nos creemos el hoyo del queque: Tanto que odiamos a los del Instituto Nacional porque lo sacan en cara todo el tiempo, y uno hace lo mismo. Que soy de la U, de la única U , de la mejor U, de la crème de la crème, y especialmente lo hacemos cuando a nadie le importa, o en esas reuniones sociales para hacernos los lindos con las féminas. Es lo primero que ponemos en la bio de Twitter o en el perfil. ¡Que se atreva alguien a decir lo contrario! Somos los mejores y punto.
- Porque no podemos recrear la vista: Convengámoslo, hombres y mujeres, no tenemos donde recrear la vista. Ni en docentes, funcionarios ni menos nuestros propios compañeros. Cuando fui – de colao – a las fiestas mechonas de la UAI, la UDD, u otras, pues no hubo nada que hacer. Otro mundo. Pero igual nos queremos como somos, ¿o no? Total, la belleza del pensar y cosas así.
- Porque nunca sabemos dónde, cuándo y cómo: ¿Dónde era?, ¿a qué hora?, ¿qué material? Una clase NUNCA será en el mismo lugar, y uno siempre tendrá algo que no entendió bien, o que se perdió, o que camino más que Kung Fú para encontrarlo. Porque reconozcámoslo, nuestro querido Bello era pésimo en el orden de su casa. Todo está patas para arriba.
- Porque tenemos profes cabrones: Yo le quiero mandar un “cariñoso” saludo a todos aquellos profes que me hicieron, con un gesto, una pregunta al aire, un control sorpresa o una decisión, reactivar mi cuadro panicoso de angustia. Tenemos profes cabrones, secos, que producen admiración pero también te hacen sentir una rata de alcantarilla.
- Porque tenemos los ayudantes alumnos más malignos de la historia: Sólo quiero recomendar el corto “El Ayudante” que hicieron los compañeros de la Facultad de Injeniería. Lo resume todo. Me devuelvo al punto uno, nos creemos la raja. Y si soy ayudante pobre del que no me haga caso o la que no venga con mini. Porque así funcionan los ayudantes en nuestra U. Yo fui ayudante alumno de un neurólogo con ideas extravagantes, que prefiero no mencionar, pero que me hizo odiar la ayudantía con toda mi alma. Espero que ustedes la amen y no la odien, porque siempre puede haber cosas peores de hacer ayudantía.
- Porque ya el equipo de fútbol no tiene nada que ver con la U: Este semestre ver que todo el mundo insultaba a “la U de Chile” me parece irrisorio. Yo pertenezco a un equipo pequeño pero mi casa universitaria está ligada a esto. Antes por lo menos había abonos a los estudiantes, beneficios, todo lo que se ha perdido. Preferiría lejos que la Universidad ya no fuera ligada al club.
- Porque nunca hay plata para nada: Es la excusa que nos dan a todo. Para las fotocopias, para las celebraciones, ni para un calugón Pelayo en una presentación científica. Los datas duran menos que un candy, las pizarras a tiza, y otras cosas que se nos niega por plata. Pero resulta que si queremos seguir siendo la mejor Universidad yo al menos exijo que avancemos con los nuevos tiempos.
Esto ha sido mis principales amores y odios de la U. Espero puedan contribuir con los propios y contarme si se han identificado con alguno . Finalmente, y pasen los años, siempre se me inflará el pecho y cantaré “Egresado, maeeeestro, estudiante... Vibra entera tu Universidaaaaaaad”. Viva La Universidad. Mi Casa de Bello. Mi querida U.