Las universidades privadas y estatales no son dos mundos tan diferentes como a veces se cree. Cambiarse de una a otra es una experiencia que permite darse cuenta de que muchas realidades que se ven desde fuera no son lo que parecen y que hay que estar ahí para entender como funcionan las cosas desde dentro.
Estás son 10 cosas de las que me di cuenta al hacer traslado de una institución estatal a una privada.
1. Las universidades privadas tienen mejor infraestructura.
Al recibir más activos, estas instituciones invierten más en el estado de los edificios.
2. Hay muchos prejuicios y mitos errados.
Se dice muchas cosas respecto a las universidades privadas – que son malas, que está lleno de gente rica, que los estudiantes pasan los ramos con mucha facilidad – sin embargo esto no es para nada así. Es cierto que en algunas privadas ocurren esas situaciones, pero no en todas, y en ese caso, mantener una mentalidad abierta y no prejuiciosa contribuye mucho más que ser el artífice de dichos comentarios.
3. La parte administrativa funciona mejor en privadas.
La burocracia en las Ues estatales es ciertamente insufrible. Constantemente hay que hacer largas filas, armarse de paciencia ante esperas de días e insistir con frecuencia para que los tramites se efectúen. Esto sin embargo no se debe a incompetencia de los administrativos, sino que suele ser por exceso de demanda.
4. Hay más vida social en las Ues estatales.
No sé muy bien por qué, pero en las Ues privadas hay una tendencia a ir netamente a estudiar y socializar queda en segundo lugar. Es más común que se organicen carretes y eventos en estatales.
5. Las Ues privadas entregan muchos recursos.
Es un hecho que son más costosas, sin embargo ofrecen algo a cambio también. En las Ues privadas suele haber más libros en la biblioteca, más computadores en los laboratorios, más equipos en los departamentos de ciencias, etc – a diferencia de las instituciones estatales que se quedan más atrás en ese ámbito.
6. Mayor precio no equivale a mayor calidad.
No necesariamente porque una U privada sea más costosa quiere decir que será más buena. A veces universidades con aranceles sobre los cinco millones dejan mucho que desear.
7. Respecto a los estudiantes.
Mucho se dice respecto a los estudiantes de universidades privadas, eso no es secreto. Tú mismo probablemente tienes tus propias preconcepciones, sin embargo lo cierto es que hay una tendencia a la pluralidad en ambos tipos de instituciones. Puedes encontrar de todo tipo de personas tanto en privadas como en estatales.
8. Todo depende de los intereses del sostenedor.
Es cierto, hay universidades privadas que son muy malas, sin embargo otras son muy buenas y algunas estatales también podrían mejorar. Finalmente, todo depende de la institución, y principalmente de quien sostiene la universidad. Si este solo busca enriquecerse, lo más probable es que la universidad tenga muchas deficiencias.
9. Todas están sujetas a una ideología política, esto no es propio de estatales.
Todas las instituciones tiran más para un lado político, izquierda, centro o derecha. Esto se da tanto en privadas como en estatales, y ambas por igual inevitablemente influenciarán aun sea en pequeño grado tu estancia como estudiante.
10. No solo las estatales tienen buenos docentes.
Las privadas ciertamente tienen más recursos por lo que, especialmente en los últimos años, se invierte más en tener profesores de calidad, con postgrados y estudios doctorales. Las eminencias ya no son solo cosa de la UCH o la PUC.