Estudiar una carrera es una sumatoria de altos y bajos. A veces la amas, a veces la odias y a veces sucede lo mismo con las personas de la carrera. La verdad es que desde que entramos hasta que salimos, vamos viviendo procesos que ni buenos ni malos, son necesarios para poder encaminarnos al mundo laboral y a ser un profesional exitoso.
Hay un momento a mitad de la carrera donde nos empezamos a cuestionar muchas cosas y nos damos cuenta de otras, como:
- La carrera no es como la esperabas: no todo lo que brilla es oro dicen por ahí. A veces entramos a un lugar con expectativas demasiado altas, por lo que las cosas que no esperábamos y son negativas, van mermando esta ilusión.
- Ya no sabes a quién saludar: así es, si te he visto no me acuerdo. Son tantas las instancias en la universidad para conocer gente, que uno a veces conoce a más de los que quisiera. Pero la vida avanza y algunos se quedan atrás de nuestro camino.
- Te sientes viejo: el cuerpo ya no aguanta lo mismo que antes. Pasar de largo y carretear al otro día ya no es una opción. Las sillas de madera ya no te parecen cómodas. Los indicios de que estás entrando a la tercera edad son muchos.
- No sabes si estás haciendo lo correcto: la famosa crisis vocacional. ¿Y si en verdad lo mio es jugar a la pelota? se preguntan algunos abogados a mitad de la carrera. La verdad es que solo tu sabes la respuesta a esa pregunta, pero no esta demás decir que hay que meditarlo y tomar la decisión de cambiar de carrera o rubro con tiempo.
- Engordas: aquí si que se nota la montaña rusa. En primero los que llegaron flacos engordaron un tanto y algunos gordos decidieron ponerse en forma, hasta que llegaron a segundo y los completos a $500 se volvieron irresistibles. Los que eran flacos ya están perdidos entre sopaipillas y pastelitos del casino. La verdad es que la mayoría para cuando llegan a la mitad de la carrera ya no se calientan la cabeza con cosas como las calorías o grasas saturadas y simplemente son gorditos felices.
- Piensas en el campo laboral: algo que se veía tan lejano se va acercando rápidamente. ¿En qué crees que vas a trabajar cuando salgas? te empiezan a preguntar tus amigos y familia. Probablemente en tu cabeza te ves como un desempleado que se muere de hambre o aún sigues en el mundo de la esperanza y eres un crack de la carrera.
- Te pones más serio: inevitablemente a medida que avanza la carrera la gente se va sacando el color rosa del pelo, empiezan a aflorar más camisas y los niveles de carrete bajan drásticamente. El pensamiento de "ya soy un adulto" empieza a calar hondo entre todos y no tenemos muy claro como enfrentarlo.