Irse a vivir solo cuando entras a estudiar es toda una aventura. Claro, tiene sus cosas buenas, eres casi libre… excepto que bueno, debes aprender como volverte un adulto competente. Mira esta lista de las 8 cosas que pensamos cuando nos vamos a vivir solos.
Temes fracasar y volver a la casa de tus padres al día siguiente. Sería una deshonra para la familia y probablemente no te aceptarían, echándote a patadas.
Extrañas tener alguien con quien conversar. Ya sea molestar a tu hermana chica, que tu mamá te rete, o que tu papá te mande a limpiar el techo o barrer el patio, al menos en tu casa tenías algo de interacción humana.
Te sientes feliz porque finalmente puedes hacer lo que quieras. Aunque parte de ti sabe que no harás “cualquier cosa”, se siente bien tener la libertad de comer comida chatarra todo el día, no levantarte de la cama jamás, y seamos honestos, bañarte día por medio.
Por más que intentas planear y planificar la distribución de tus gastos, a fin de mes siempre te quedas corto de dinero igual, y terminas pidiéndole más a tus padres.
Te conviertes en la peor ama de casa de la historia. Valoras mucho más cuando tu mamá te lavaba el baño, te hacia la cama, y te esperaba con la comida servida todos los días.
Te das cuenta de que no sabes ahorrar, ya que compras cosas tan estúpidas que hasta tú mismo sientes vergüenza.
Te dan ganas de tener un perrito o un gatito, pero te acuerdas de que eres pobre hasta para mantenerte a ti mismo y se te pasa. Asi es la vida.
Al final igual te sientes orgulloso de ti mismo, y te das cuenta de que por fin te estás convirtiendo en adulto.