La semana pasada la Junta Directiva de la Universidad de Viña del Mar informó la decisión de cerrar la carrera de Sociología, la cual es impartida hace diez años por la institución perteneciente al Grupo Laureate. El motivo detrás de la determinación, según explican, se debe a la baja matrícula que ha tenido la carrera en los últimos años.
Frente al hecho, los docentes de Sociología de la UVM expresaron a través de una declaración pública, su “oposición” y “condena” al “actuar institucional que ha decretado el cierre de la carrera”.
Revisa a continuación parte del texto difundido por los académicos.
Creemos que hay dos motivos por los que esta situación debe preocupar no sólo a alumnos y docentes de esta universidad, sino que a toda la comunidad académica y estudiantil de nuestro país. En primer lugar,el cierre de sociología responde a la naturalización de una racionalidad económica que viene deteriorando desde hace tiempo nuestro sistema universitario. Que cualquier universidad se ampare en su autonomía para sacrificar la generación de conocimiento exclusivamente por el afán de lucro, debería ser objeto de condena pública. Al mismo tiempo, es importante señalar que la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) ha re-acreditado a la Universidad Viña del Mar por cuatro años, y esto mediante informes oficiales donde dicha casa de estudios se comprometía también a acreditar muchas de sus carreras durante el presente año, entre ellas, sociología. Por tanto, la decisión del cierre de una carrera por no generar un margen de beneficios amplio, implica una clara muestra de la finalidad de lucro que la UVM persigue, y que ha sido posibilitada incluso por la institucionalidad a cargo de fiscalizar estas irregularidades actualmente.
”Si bien las autoridades de la UVM han justificado su obrar en razones que no son académicas sino principalmente económicas, es inquietante constatar que la carrera de Sociología no es la única que presenta hoy bajas matrículas en la universidad, ni siquiera la más deficitaria. De ahí que la dudosa objetividad de la cifra no baste para disimular la selectividad ideológica con la que opera una institución que se dice comprometida con los valores de la democracia, el pluralismo y la diversidad. Lo cierto es que esta situación marca un amargo hito que no podemos dejar de denunciar: por primera vez, luego de 17 años de Dictadura cívico-militar, una institución universitaria vuelve a cerrar arbitrariamente una carrera de Sociología. Este hecho no puede sino provocar la indignación de quienes apostamos por la función crítica y transformadora de las ciencias sociales, y ha de ponernos en alerta frente al compromiso que las instituciones de educación superior tienen hoy en nuestro país con la formación de profesionales que no sean meros reproductores de las inequidades sociales y los valores del mercado”.