Cuando estamos en la media todo lo que queremos es entrar a la universidad, pero una vez ahí, ocurre algo llamado “síndrome post liceo”: La nostalgia nos hace querer volver.
Revisa a continuación este listado con las 12 cosas que extrañamos del liceo.
1. La hora del almuerzo
Técnicamente aún hay almuerzo cuando vas a la universidad, pero tienes que ajustar un montón de clases para hacerte el tiempo de comer. Al final, nunca será lo mismo que “la hora de la colación” con tus amigos del liceo.
2. La unica cosa que no extrañamos… clases de educación física
Naaah… es en serio. Aunque deberíamos, la hora semanal de gimnasia era la única actividad física que realizábamos. Ahora que ya no está… bueno. Ya saben que ocurrio.
3. El paseo de fin de año
El día más memorable del año en el liceo era el paseo de fin de año. Lo planeábamos y esperábamos todo el semestre porque solo había uno y solía implicar lanzar a tu profesora jefe a la piscina. Esto no suele ocurrir en la universidad.
4. Poder faltar a clases
Cuando entramos a la universidad, un día de clases perdido es como un semestre. Llegas, y han hecho 8392 trabajos, 3214 ensayos, han pasado 167 lecturas y hecho 239 pruebas. En el liceo, éramos libres de enfermarnos.
5. El uniforme
Si, al principio es divertido ir con lo que tú quieres a estudiar. Pero progresivamente vas perdiendo la creatividad y quedándote sin ideas, lo que curiosamente es directamente proporcional a la menor –mucho menor- plata que recibes cada mes luego de gastar tanto en fotocopias.
6. Que los profes se sepan tu nombre
Difícilmente en la universidad tus profesores se aprenderán el nombre de 100 o 200 personas, con suerte sabrán 10 y solo porque se destacan y opinan en clases. La relación con el profe de media y el profe de U es diferente, aunque esta última es más flexible.
7. Conocer a todos en tu clase
Al tener tantos ramos diferentes, no existe en la U lo que se puede llamar “un curso”. Es común que en cada clase a la que vas aparezca alguien que jamás habías visto. Este es un hecho que aceptas como parte de la vida.
8. Las anotaciones negativas
En ese entonces tan poco nos importaban. Hoy nos damos cuenta de cuan eficiente método de control de masas realmente eran.
9. Tus amigos
Aunque conocemos mucha gente nueva en la universidad, difícilmente quedamos junto a nuestros amigos de liceo.
10. Un horario fijo
Un horario fijo es igual a menos salas que recordar, menos nombres de compañeros que reconocer, menos desplazamiento a través de la U y por lo tanto, menos esfuerzo.
11. Libros fáciles de encontrar.
Romeo y Julieta, El retrato de Dorian Grey, 100 años de soledad… eran tiempos más simples en que no tenías que recorrer las partes más oscuras del Internet para encontrar los libros (con mucha suerte, en pdf) que te pedían los profes.
12. Poder chamullar en las pruebas
Si no estudiabas aun había una solución: en la prueba, mientras más palabras rebuscadas usaras, mejor. Y si escribías más del espacio dado, era un 7 seguro. En la universidad nada de eso sirve, ser conciso y coherente no da lugar a la práctica del arte del chamullo.