Cuando falta poco para fin de año comenzamos a ponernos nerviosos por los típicos exámenes de fin de semestre y la única opción que queda es estudiar, un deber poco popular y que a ratos se ve obstaculizado por varios aspectos, pero todos tienen una solución. Aquí te traemos los 5 problemas más comunes que enfrentamos a la hora de estudiar, con sus respectivas soluciones.
1. Dejar todo para después
Este es uno de los problemas más grandes de cualquier estudiante que haya intentado poner atención a un enorme libro de álgebra sin distraerse en menos de cinco minutos. Colorear las letras, hacer dibujitos en las esquinas, todo sirve a la hora de procrastinar.
Solución: deja de perder el tiempo y estudia otra materia que tengas pendiente o, simplemente, tómate 15 minutos para descansar, probablemente tu cerebro está cansado de estudiar o de otras actividades que hayas hecho antes.
2. Falta de organización
Organizar tu estudio es la única forma de alcanzar a estudiar toda la materia que necesitas revisar en fines de semestre, además de dejar tiempo para ir a clases, descansar, comer… en fin, vivir. Cuando terminas estudiando todo antes de entrar a dar la prueba o te da un colapso nervioso por estudiar 24 horas al día, de seguro nada puede salir bien.
Solución: crea un plan de estudio diario, en el que vayas repartiendo uno o dos temas de una prueba para cada día. Esto te ayuda a estar más consciente de los contenidos de la prueba, organizas bien tus tiempos y hasta te deja ratos libres para que descanses sin remordimientos.
3. Aburrimiento
A menos que seas un fanático del estudio y la lectura, en algún momento va a llegar el aburrimiento y con él siempre viene la procrastinación, y uno termina haciendo cualquier cosa menos estudiar.
Solución: si la materia no es entretenida, ¡hazla entretenida! Crea canciones con la materia para que sea fácil aprenderla de memoria, utiliza citas históricas en tu vida diaria, inventa cuestionarios al estilo de “Quién quiere ser millonario”. Ese tipo de cosas te puede salvar a la hora de estudiar ciertos contenidos que son más fomes o pesados.
4. Leer sin practicar
Típico, estás tan apurado que lees y lees como loco y nunca practicas lo que estás leyendo. Aunque creas que lo has entendido, lo más probable es que lo olvides porque tu cerebro no alcanzó a asimilarlo bien.
Solución: Cuando termines un tema o un segmento específico de la materia haz resúmenes de cada tema, un cuestionario para ti mismo o una guía de ejercicios si se trata de algo matemático, siempre ayuda.
5. Falta de motivación
Este último punto podría englobar a todos los anteriores. Con tanto estrés y cosas que estudiar, ves los libros apilados en la mesa y lo único que quieres es quedarte dormido como por dos semanas.
Solución: ¿por qué estás estudiando todo esto? Date un tiempo para pensar en eso. ¿Tienes un sueño? ¿Un trabajo soñado? ¿Una meta de vida? Si logras pensar en esto te darás cuenta de que la recompensa que te traerá todo tu esfuerzo es mucho mayor que el cansancio, el estrés y el aburrimiento juntos.
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