Después de una larga semana de estudio, trabajos, pruebas e intensas maratones para llegar a tiempo a clases, es normal sentir que el fin de semana es como un oasis en medio del desierto. Son dos días que podemos usar para ver películas, salir con amigos o simplemente flojear y hacer nada, pero parece que durante estos días el tiempo pasa volando porque, sin darnos cuenta, el domingo empieza a desaparecer y la desesperación nos invade… y nos deprime.
No es broma. Más de alguna vez te debe haber pasado que, llegando el atardecer del domingo, te empiezas a sentir desesperado porque sabes que se viene una nueva semana, quizá más pesada que la anterior, entonces te deprimes.
Si bien no es un cuadro clínico reconocido aún porque no es inhabilitante ni tiene una recurrencia tan importante, algunas personas ya están sufriendo angustia o tristezas, sensación de ahogo, desgano e incluso pánico relacionado a la idea de que se acabe el domingo.
¿Qué puedo hacer?
- Si esta sensación te está afectando realmente, una forma de aliviarte es escribir lo que sientes para liberar esa tensión y dejarla fuera de tu mente.
- Aprovecha que es domingo y ocupa tus días libres en actividades recreativas y que te dejen descansar el cuerpo y la mente. No se trata de hacer nada, sino de hacer todo lo que más te gusta.
- Desconéctate un rato. Deja a un lado las pantallitas azules que no te dejan distraerte de tu rutina semanal. Si te organizas bien puedes dejar todo listo en la semana para disfrutar de tus días libres como te mereces.
- Haz cosas entretenidas durante la semana también para que no le dejes toda la responsabilidad al domingo, que a veces se transforma en fomingo. Agendar actividades motivantes durnte la semana te va a ayudar a enfrentar mejor el regreso a la rutina.
- Escucha música alegre o energética, como el Gospel, reggae, electrónica o rock. La música te puede ayudar a cambiar ese maldito estado de ánimo que no te deja disfrutar tu merecido día domingo.