Hasta dos quintiles es posible avanzar respecto al punto de origen, estudiando una carrera técnica impartida por un CFT o un IP. Según estos datos manejados por Vertebral, asociación gremial que agrupa a cerca de 20 instituciones de esta área, la movilidad social que permite una carrera de dos años es real, concreta y permite superar en parte a barrera de la desigualdad.
En conversación con Publimetro, el presidente de la agrupación y rector de Inacap, Gonzalo Vargas, señala que “las personas que sólo tienen educación media reciben ingresos del orden de los 300 mil pesos mensuales, mientras los que acceden a un título técnico de nivel superior, que son dos años más de estudios, pueden percibir más de 500 mil, e incluso, dependiendo de la carrera, llegar a los 700 mil o el millón de pesos”.
En esa línea, asegura que “las carreras duran dos o tres años y ya se empiezan a ver resultados. Muchas veces significa cambiar la situación de una familia entera; y si se considera que todavía existen casi cuatro millones de personas que no tienen estudios superiores, el contar con una carrera de este tipo puede marcar la diferencia”
De acuerdo a las cifras que poseen las instituciones técnicas, un 64% los estudiantes que ingresan a estudiar una carrera de este tipo pertenecen a los dos quintiles más vulnerables de la población, mientras que un 71% 71% son primera generación en la educación superior y muchos de ellos trabajan y estudian al mismo tiempo.