Chile,
como tantas otras
naciones, ha tenido que reír y llorar a lo largo de sus más
de 200 años de historia. Hitos como nuestra independencia, en 1818, el doble nobel
de literatura de los poetas Gabriela
Mistral y Pablo Neruda, a mediados de siglo o más recientemente, nuestra
primera Copa América de fútbol, en 100 años de historia deportiva, son algunos ejemplos
positivos, con los cuales hemos podido alegrarnos.
Por otro lado, sucesos militares como la Guerra Civil de finales de siglo XIX, la Dictadura Militar de segunda mitad del siglo XX, desastres naturales como los mega terremotos de 1962 y 2010 (dos de los más nefastos a nivel mundial) y subsecuentes maremotos, son ejemplos también de nuestras penas y decepciones, que bien o mal nos han obligado a tener que levantarnos del barro (una vez más).
Somos fuertes, aún cuando todo parezca adverso, seguimos en pie aquí en este rinconcito al fin del mundo. Escrito esto, en pleno 2015, pasada la primera década del siglo XXI, no puedo dejar de preguntarme en qué punto nos encontramos como república, una república que a pesar de sus grandes avances técnicos y económicos (de los cuales se ha jactado en el último tiempo) presenta serias deficiencias a nivel gubernamental como estatal, tanto en el reparto de sus ganancias, como en las posibilidades que da a sus habitantes medios de surgir.
El futuro verá icónicas imágenes de nuestro tiempo, muchas buenas, pero también muchas malas, y las cuales, desde mi perspectiva, hoy en día, superan a las buenas. En el presente post, se propone una pregunta central no menor: ¿estamos en un país en crisis? Con crisis, nos podemos referir a un momento de inestabilidad, un tiempo en que se remecen las fundaciones de una nación, para mutar, reformular las reglas del juego y poder evolucionar.
Desde mi perspectiva, lentamente la balanza la inclinamos hacia un cambio brusco en nuestra forma de sentir y reflexionar. La gente lo nota al ver las protestas que día a día repletan las calles del país, nuestra forma de actuar está cambiando. Los medios de comunicación también dan cuenta del cambio de perspectiva que muestran los chilenos, quienes poco a poco cambian su actitud timorata, sumisa y perdedora (a la que se estaban acostumbrados), para al fin madurar como nación y empoderarse de si mismos.
A continuación te doy 10 ejemplos que demuestran que actualmente vivimos en crisis, una crisis en todo el sentido de la palabra, o sea no por su connotación negativa, sino más bien sugiriendo aquel trance entre un tiempo y otro, años de inestabilidad necesarios si queremos aprender de nuestros errores y construir un Chile mejor. Aquí va.
1.- Destape de casos de corrupción política
Los casos Penta, SQM y Caval han sido un baño de muerte para los chilenos, en los últimos años, pues al fin desbarataron esa noción de que Chile es un país limpio, en comparación al resto de Sudamérica.
2.- Movimiento estudiantil
Uno de los fenómenos políticos más relevantes de nuestra historia reciente han sido las sucesivas protestas universitarias y secundarias a lo largo y ancho del país, en pro de una educación gratuita y de calidad.
3.- Movimiento de los profesores
Los académicos también salieron a la calle y protagonizaron el drama más feroz de estos dos últimos años, esta vez bogando por un salario más justo y condiciones laborales más dignas.
4.- Protestas en Aysén
La falta de comunicación y servicios con el resto del país fueron uno de los motivos del descontento de gran parte de esta región en 2012, una de los sectores más australes del país.
5.- Gobierno y Estado muestran insuficiencias ante desastres naturales
No sólo los terremotos, pues el incendio en Valparaíso, y la erupción de volcanes, también demostraron la poca preparación y lentitud de disposición de recursos, para preverlos y posteriormente subsanarlos.
6.- Conflicto en La Araucanía
Un conflicto que existió durante toda nuestra historia, pero que recién en el último tiempo ha tenido más cobertura en los medios, de la mano de las muertes de Rodrigo Melinao Licán, Werner Luchsinger o a raíz del Caso de Raúl Castro Antipán.
7.- Aumenta la deuda privada
En abril de este año, por ejemplo, el Banco Central y el FMI se mostraron preocupados por el 94,1 % al que alcanzó el débito de las firmas no financieras del Producto Interno Bruto de 2014.
8.- Desconfianza ciudadana
Una presidenta que ya no cuenta con la aprobación de todo el sector de su coalición, y líderes de partidos políticos que no logran la aceptación unánime de sus agrupaciones, son ejemplos de esto.
9.- Poca votación ciudadana
Sólo mencionar que la última votación presidencial presentó cerca de un 60% de abstención de la ciudadanía, o sea menos de la mitad de los chilenos eligen a quien manda el país.
10.- Caída de los metales
Otro factor a tener en cuenta y que puede significar un último hecho de desgracia es el fin del superciclo de las materias primas, de la mano del menor crecimiento de China y la poca demanda del cobre, el llamado sueldo de Chile.
¿Crees que hay más razones para pensar en una crisis país? No olvides comentar bajo la descripción.