Los periodistas son gente súper esforzada: piénsalo, tienen que pasar cinco años de su vida en una universidad para después salir a un campo laboral sobresaturado y terminar en cualquier parte trabajando por el mínimo. Aun así, en tu camino universitario vas adquiriendo un montón de manías que te pasamos a contar a continuación. ¿Tienes amigos así? ¿Te ha pasado a ti mismo?
1. Preguntas mil cosas
Si hay algo que te enseñaron en tus cinco años de carrera es a ser copuchento y lo practicas muy bien todos los días, por eso preguntas una y otra vez hasta que el otro te responde exactamente lo que tú querías. Puedes ser un poco cansador ¿sabes?
2. Un secreto es sagrado
En las clases de Ética te enseñaron muy bien que un “off the record” se respeta hasta la muerte…ahora si nadie te pidió discreción no hay quien se salve de tu poder de divulgación.
3. Eres crítico de todo
Lo que sea que se te cruce por delante, ya sea una película, un libro, una tenida de gala o un plato de comida de tu abuelita, todo es criticable para ti, y no escatimas en recursos verbales y literarios para persuadir al resto de la gente.
4. Todo lo firmas con tu nombre
Porque cualquier cosa que escribas, hasta la lista de compras del supermercado es un texto de tu autoría y sabes que los derechos de autor son algo importante y en Chile hay hasta una Ley de Propiedad Intelectual que te ampara.
5. Le pides el número de teléfono a todo el mundo
Sabes que los contactos son una materia prima valiosísima que te va a servir en algún momento.
6. Eres una agenda de contactos viviente
Si alguien necesita contactar una persona el primero a quien recurre es a ti, porque todos saben que tu agenda de contactos es ENORME y te encanta ser ese a quien todos piden ayuda.
7. Te obsesiona saber quién hace las notas y reportajes que ves en la tele
O en el diario, o en la radio… donde sea. Tienes una memoria increíble para reconocer quienes son los buenos colegas y quienes prefieres pasar por alto.
8. Te vuelves campeón de “begging”
El deporte nacional del Periodismo es la práctica del “begging”, o “mendigar”. No es fácil conseguirse al ministro X para que salga al aire por la radio en una hora más, por eso vas desarrollando una capacidad para rogar o pedir favores sin límite, sobre todo entre colegas…y puedes ser muuuuuuy persuasivo.
9. Te vuelves una multifuncional con patas
Porque un periodista no es solo el que dice las noticias en la tele. El campo laboral actual te obliga a saber escribir perfecto, hacer fotografía, ser documentalista, community manager, y también a servir el café y hacer aseo. Y lo más triste, todo por un mismo precio.
10. Eres seco para saberte la vida de todos
Conoces la vida del vecino, de tu tío, tus amigos, el señor que vende el pan en la esquina y la cajera del supermercado al que siempre vas, porque eres experto en sacar esa historia profunda que nadie más ve.
11. Te conviertes en animador por naturaleza
Lo quieras o no, al final tus cercanos te convencen de que tú, como estudias Periodismo, eres un animador de eventos. La cosa es que terminas seguro de tu talento y te vuelves animador oficial de cumpleaños, juntas familiares y otras ocasiones.
12. Nunca estás conforme con tus trabajos
En estos tiempos, un periodista está obligado a hacer muchas cosas distintas en poco tiempo, porque la rapidez es lo principal en los medios de comunicación. Lo malo de eso es que a veces tus trabajos no son tan buenos como quisieras.
13. Te vuelves demasiado conversador
Como el trabajo del periodista se basa en las relaciones sociales, te conviertes en un altoparlante viviente y conversas hasta por los codos. ¡Cuidado! A veces es mejor callar un rato.