Una de las voces más críticas frente a la iniciativa del Gobierno que busca entregar gratuidad universal en educación superior, ha sido la del rector de la Universidad Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, quien en una entrevista publicada ayer por el Diario Financiero, indicó que esta política afectará directamente a la calidad de los planteles, sobre todo de los estatales.
Según consigna el DF, el académico aseguró que de implementarse la gratuidad, el plantel que encabeza se quedará fuera, puesto que no les interesa hacerse parte de un sistema gratuito, que a su juicio, es peligroso.
“A mí no me importa quedar fuera de este proyecto, esa es la verdad. Me preocupa que los criterios establecidos son malos para el país, pero por principio, no me interesa el proyecto de gratuidad universal y soy el primero en plantear la posibilidad de quedarnos fuera de eso”, dijo.
En esa misma línea, Benítez agregó que “si el día de mañana el Estado controla mis ingresos, me fijará también los precios, las vacantes, las carreras que puedo ofrecer y el tipo de gobierno interno que debo tener, o sea, pierdo la universidad. En la práctica, se convierte en una universidad estatal, porque quien controla los ingresos controla la organización. Y por principio, porque creemos en la libertad de educación, nos oponemos a la estatización del sistema universitario”.
Respecto a por qué cree que esta medida afectará la calidad de las instituciones de educación superior, explica que “lo que pasará es que las buenas universidades tendrán que bajar al promedio y ojalá las malas alcancen el promedio. Con esto, la Chile y la Católica serán peores. De hecho, ni siquiera estaría tan seguro de que la misma Universidad Católica ingrese a un sistema gratuito, porque hoy su forma de competir con la Chile -que recibe más recursos del Estado- es cobrar más caro”.
Finalmente, el rector de la UAI, afimó que “la gratuidad universal no va a existir ni ahora ni nunca, porque esto nunca ha estado financiado. El gobierno dice que se financiará en el tiempo, pero para eso tendría que haber otra reforma tributaria o una reasignación de gastos que no sé por dónde podría empezar. En algún momento imperará la razón y volverá la cordura a la política para reconocer que no tiene sentido financiar a los más ricos”.
Imagen U. Adolfo Ibáñez