Cuando uno decide ser ayudante de una clase, esto no sólo implica un aprendizaje extra, unas lucas que nunca están demás y ver tu tiempo sumamente reducido. Sino que también, es todo un desafío sobrellevar algunas cosas que sólo te suceden cuando eres el “ayudante de un ramo”:
1. Siempre te querrán sobornar, es común verse expuesto a que más de un alumno intente pagarte por una ayuda extra para aprobar el ramo. Llámese cambiar una nota, dejar copiar o arreglar una que otro día de asistencia. Pero no te preocupes, mientras uno tenga sus valores intactos nada ni nadie te hará caer en algún apto corrupto.
2 .Pasar de ser al aceptado al odiado en un dos por tres, es que tus compañeros de carrera no entienden que eres uno más que trabaja y estudia a la vez, por el contrario es típico que te vean como el “patero” del profesor.
3. Debes andar vestido un poco más formal de lo normal, porque aunque no seas el profesor, tu apariencia debe entregar una señal de orden y algo de autoridad. Los ojos siempre están puestos en ti, por lo cual siempre debes lucir impecable.
4. Pasas de compartir el break con tus amigos a compartir un café con tu profesor, ya que éste siempre anda corto de tiempo y en los momentos que se topan en la universidad, siempre deben aprovecharlos para preparar la clase siguiente.
5. Te preguntarán siempre si quieres dedicarte a la docencia, a muchas personas les cuenta entender que cumples un empleo de media jornada como muchos alumnos más.
6. Tu memoria se convierte en la mejor, después de compartir tantas horas con tus alumnos te vuelves un experto en recordar cada uno de sus nombres.
7. La ayudantía te pone en una posición de consejero o más experimentado, es común que los alumnos se acerquen a ti a presentarte tus dudas e interrogantes vocacionales.
8. Al tener una ayudantía, es común que en cada semestre te ofrezcan la posibilidad de ser el ayudante de otro ramo adicional. Una ventaja siempre, ya sumas más puntos de experiencia, currículum y dividendos.
9. Cuando comienzas con tu primer trabajo profesional, te sientes mucho más preparado. No tienes esa sensación de estar ejerciendo un cargo por primera vez. Esa es otra ventaja de ser ayudante, que te prepara mucho más para desenvolverte profesionalmente.
10. Tienes un desplante increíble para relacionarte con las personas, has aprendido a desenvolverte con todo tipo de caracteres y personalidades. Por lo cual, las relaciones personales nunca serán un problema para ti.
11. Tu vida social recreativa se ve anulada prácticamente, ya no tienes tiempo para compartir después de clases en un bar. Entre tus ramos, los días que das clases y la corrección de trabajos en tu hogar, ya no hay mucho tiempo para el ocio y la diversión.
12. Querrás potenciar al máximo tu creatividad, cada clase será para ti un nuevo desafío y querrás que sea mejor que la anterior. Por lo cual, el día a día es un nueva oportunidad de mejorar y consolidarse.
¿Ves? Tomar la decisión de ser ayudante de un ramo, lleva consigo una sería de vivencias y ajustes que sólo quienes lo hayan experimentado lo sobran. Tienes que estar dispuesto a aceptar que tu nueva rutina de vida siempre será muy diferente a la de un alumno normal. Pero bien, la satisfacción de ganar experiencia y mejorar tus ingresos extras, siempre serán una ¡motivación adicional!
Imagen CC Cedim News