Para algunos, un rito infaltable tras las primeras luces de la aurora. Para otros (más pulgosos) un trámite que debemos hacer por obligación, cuando los sueños aún nos atan a la cama, si no queremos apestar en el día. Tema difícil para los universitarios, pues ya se nos haces difícil cumplir con los horarios estipulados, por lo que muchas veces el bañarse se transforma en un cacho, una pérdida de tiempo imposible de subsanar si queremos llegar a esa prueba, disertación, clase, etc.
Para aquellos que se deciden por esta compleja y pestilente opción (el ir al aula sin tocar el agua) les tengo preparado una lista de 11 cosas que todos hemos sentido en la misma situación, en que por cumplir dignamente con los deberes, no alcanzamos a ducharnos.
1.- Temor a que todos van a olfatearte el olor a pata/axila cuando llegues
¡Estoy hediondo!, ¡estoy hediondo!, ¡estoy hediondo!, ¡si yo sé que me huelen! - te dices, mientras el resto te mira con cara incrédula preguntándose: y a este qué le picó.
2.- Rabia al no levantarte más temprano
Pero si desperté temprano, por qué no me levanté antes, se me pasó la hora – te dices, con cara de reproche hacia ti mismo.
3.- Lata de estar todo el día pestilente
Todo el santo día vamos a tener que aguantar la incomodidad, en cada una de las clases, a la hora del almuerzo, junto a los amigos, etc.
4.- Depresión de no estar “bell@ y perfumad@” (jajajá)
Si queríamos sentirnos sexis, atractiv@s, este no era el día, pues una cabellera aceitosa, tez cochina y ojos con lagañas (a lo chowbacca) no son algo muy lindo de ver.
5.- Ganas de no ir a clases
Total, no es necesario ir a todas las clases, de ahí se le pedirá la materia a algún amigo perno. Eso es mejor a que todos sepan que soy una escoria maloliente.
6.- Esperanza en los baños de la U
Al menos voy a poder lavarme la cara y las manos, si tengo tiempo, en el lavamanos de la facultad, quien sabe, hasta pueda usar la ducha del gimnasio después de clases, sí…esa es la solución.
7.- Inseguridad por el pelo (¡ay sí!)
Sobre todo si eres mujer. Para ellas, un pelo sano requiere un trabajo constante, no podemos llegar con el monstruo alborotado arriba de la cabeza por nada.
8.- No me quito el sueño
El baño, además de limpiarnos el rabo, nos brinda esa sensación de despertar a la vida y el día a día, por tanto si no lo efectuamos seguiremos pegados al cojín hasta la tarde.
9.- Me molesta la ropa, me pica
La incomodidad psicológica se transforma en física cuando nos empieza a picar la espalda, la cara o un talón.
10.- Voy a tener que evadir a todos
Nadie va a pillarme mi estado de asquerosidad nivel Dios, voy a evadir cual lagartija todos los saludos, todas las conversas en pro de salvarme de la vergüenza.
11.- Aceptación
Saben que más, estoy hediond@ pero no me importa, voy a acostarme en los pastos y fermentar como el animal que soy, huelan mi fragancia profesores, compañeros, soy el/la peor ratón de la facultad.
Imagen CC Pati