Si bien aún no se conoce mucho sobre el hermético proyecto de gratuidad universal, un artículo publicado hoy por La Tercera reveló que el Mineduc estaría evaluando la opción de implementar un impuesto a los titulados.
Según precisa el medio, el presupuesto destinado a esta iniciativa sería una de las grandes razones de su demora. Con la reforma tributaria se busca recaudar el 3% del PIB, y de ello, el 2% estaría destinado al financiamiento de la reforma. Sin embargo, la gratuidad requeriría al menos de la mitad de los recursos destinados a educación y no del 30% como se tenía presupuestado en un comienzo.
Ante esto, fuentes cercanas a la cartera comentan que entre las opciones que se barajan para llevar a cabo la gratuidad, está el de un sistema mixto que contemple que quienes ingresen a la educación superior, puedan estudiar gratis y luego, cuando estén titulados y trabajando, paguen un impuesto de acuerdo a su renta, el que se aplicará sólo para aquellos que perciban sueldos más altos y por un periodo determinado de tiempo.
Pese a que desde el Mineduc niegan que exista dicho déficit, según trascendió, ésta solución tendría complicado al Gobierno ya que dicha metodología iría en contra del mensaje de gratuidad prometido en la campaña de la Presidenta Michelle Bachelet. Además, la idea del impuesto podría confundirse con el Crédito con Aval del Estado (CAE).
Por otra parte, los asesores también analizan el estratificar a las universidades en base a los años de acreditación que posean. Por ejemplo, existen planteles como la Universidad Católica o la Universidad de Chile, que se destacan en rankings internacionales y que cuentan con acreditación por el máximo de años, mientras que otras instituciones tienen baja acreditación o simplemente no tienen esta certificación.
En este sentido, se estaría pensando en agrupar a las casas de estudios por letras (A, B, C y D) de acuerdo a la acreditación y a la investigación. En la letra A se ubicarían los planteles con acreditación por mayor cantidad de años y que realicen investigación.
Imagen CC Fracisco Osorio